¿Qué ha pasado con los impuestos saludables en Colombia? Informe de la ANIF

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Imagen: Siempre al día.

Los impuestos saludables en Colombia se implementaron en 2023 como una herramienta para enfrentar un problema de salud pública, donde el 56,5% de los adultos sufre sobrepeso u obesidad, recordó este lunes la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF:.

La discusión de la pertinencia del gravamen generó tensiones entre objetivos de salud pública, consideraciones económicas y principios de equidad social.

Se contrastaba el carácter regresivo que podría causar sobre los hogares de bajos ingresos, con su efectividad para corregir externalidades negativas sobre la salud en el largo plazo.

El análisis de los datos de consumo diario de las bebidas azucaradas muestra que, entre 2022 y 2024, este cayó de 24,6% a 22,6% en los jóvenes entre 12 y 28 años y de 24,9% a 19,2% en adultos de 29-44 años.

La reducción en el consumo diario fue más marcada en los hogares de menores ingresos.
Esta medida parece haberse reflejado en los precios de los productos gravados, llevando a picos de inflación anual del 20,7% en frituras en paquetes y 13,7% en gaseosas y maltas.

Hasta mayo, el recaudo por impuestos saludables alcanzó $1,6 billones (1,3% del recaudo total), representando un aumento de 23% frente a la cifra recaudada en el mismo periodo un año atrás.

En Colombia, el 56,5 % de la población adulta entre 18 y 64 años sufre de sobrepeso
u obesidad según cifras de la Encuesta de Seguridad Nutricional (ENSIN).

A su vez, se ha evidenciado un alto consumo de bebidas azucaradas, frituras, productos de paquete y golosinas entre niños, niñas y adolescentes, con prevalencias superiores al 80% en la mayoría de estos grupos.

Ante este problema silencioso de salud, el país implementó en 2023 los impuestos saludables a bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados y/o con alto contenido de azúcares añadidos, sodio o grasas saturadas.

Esta medida, respaldada por la Organización Mundial de la Salud, fue establecida en Colombia mediante el artículo 54 de la Ley 2277 de 2022, en el marco de la Reforma Tributaria para la Igualdad y la Justicia Social.

Su objetivo fue gravar las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados para desincentivar su consumo y combatir enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la obesidad y los problemas cardiovasculares.

Diseño e implementación de los impuestos saludables

Los impuestos saludables en Colombia comenzaron a regir el 1° de noviembre de 2023. Desde su implementación se establecieron tarifas progresivas para los productos gravados, que aumentaron gradualmente hasta alcanzar su plena aplicación en 2025.

Para el impuesto a las bebidas azucaradas, que grava productos como los jugos de fruta
(incluido el agua de coco), el té, el agua saborizada y las gaseosas, las tarifas quedaron establecidas como se muestra en la Tabla 1.

A partir de 2026, el valor de las tarifas establecidas para el año 2025 se ajustará cada 1° de enero en el mismo porcentaje en que se incremente la Unidad de Valor Tributario (UVT). Este incremento en la UVT la determina  la DIAN.

Cambios en los patrones de consumo

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV) del DANE de 2024, aproximadamente 21 millones de colombianos consumieron alimentos de paquete al menos una vez por semana.

El consumo de bebidas azucaradas fue aún más alto, con cerca de 28 millones de personas que reportaron ingerirlas al menos una vez a la semana.

Estas cifras representan el 41% y 54% de la población del país, respectivamente, evidenciando que no es menor la cantidad de personas que consume este tipo de productos.

Conclusiones

Con la implementación de los impuestos saludables en 2023 Colombia se sumó a países de la región, como Chile y México, que usan este mecanismo de política pública para enfrentar los desafíos de salud derivados de malos hábitos alimenticios.

Los datos analizados en este informe sugieren que, tras un año de vigencia, la medida
estuvo asociada a cambios en la frecuencia de consumo de estos productos, llevando a reducciones significativas.

En general, se ha observado una disminución en el consumo diario de los productos
gravados, mientras el consumo de baja frecuencia (una o dos veces a la semana) ha aumentado.

Esto indicaría que al menos algunas de las personas que antes consumían estos productos diariamente ahora los consumen tan solo unas veces a la semana, lo cual podría asociarse a la efectividad de los impuestos saludables2.

Pese a lo anterior, estos impuestos no son una solución suficiente para los problemas de salud pública asociados al consumo de los alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas.

Es fundamental que estas medidas se integren con componentes educativos, regulatorios y de promoción de alternativas saludables que proporcionen a los hogares las herramientas necesarias para adoptar hábitos que mejoren su salud y bienestar.

Fuente: ANIF