
La Alcaldía de Barranquilla sigue apostando por el desarrollo de su cultura viva a través de iniciativas que fortalezcan el patrimonio natural y humano de la ciudad.
Un ejemplo palpable es el proceso de formación siguen adelantando 45 pescadores artesanales del sector de la Intendencia Fluvial, quienes durante tres meses realizan el curso Operación de Servicios Turísticos en Espacios Naturales, impartido por instructores del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), en articulación con la Secretaría de Cultura y Patrimonio.
Este proyecto hace parte de una apuesta por el turismo comunitario y sostenible, que busca reconocer y potenciar las capacidades de los actores locales, a partir de sus saberes tradicionales y el conocimiento del territorio ribereño.
Los pescadores se capacitan en conservar y compartir su cultura viva y ancestral, para convertirse en guías capaces de ofrecer experiencias auténticas a visitantes y turistas, articulando naturaleza, historia y tradición.
Proceso formativo
Durante 350 horas. los pescadores artesanales de la intendencia fluvial del Centro Histórico adquieren herramientas para identificar el valor cultural y ecológico de sus entornos entre ciénagas, caños y río grande de la Magdalena, al tiempo que aprendieron a diseñar y operar rutas turísticas responsables, como una forma de diversificar sus ingresos sin abandonar su oficio ancestral de pesca artesanal.
“Para mi concepto y de los demás compañeros ha sido una maravilla hacer este curso porque nos tuvieron en cuenta la Secretaría de Cultura, el SENA y la Alcaldía, y estamos satisfechos porque primera vez en la vida, de cuarenta años que tenemos de estar trabajando nosotros como pescadores, nos han tenido en cuenta en este sentido”, manifestó Pedro Antonio Cervantes Ayala, pescador.
Un proyecto sostenible
Como resultado nació “La Atarraya del Río”, un proyecto ecoturístico comunitario con rutas como avistamiento de aves, del bienestar y del pescador.
Así, se fortalecerá la identidad y el sentido de pertenencia, al tiempo que fomentará la conservación del ecosistema y reafirma el valor del patrimonio inmaterial que representan las comunidades ribereñas para Barranquilla.
“Comenzamos a tener, otro punto de vista para cambio, como un beneficio, por ejemplo, aquí a nosotros nunca, nos habían dado esta formación”, aseguró Javier Rodríguez, pescador con más de 40 años de experiencia.
Estas vivencias invitarán al visitante a sumergirse en la cosmovisión del hábitat biocultural de los pescadores, recorriendo los paisajes del río grande de la Magdalena, aprendiendo sobre la fauna y flora local, las distintas técnicas de pesca y la historia del territorio ribereño.
Compromiso con la comunidad
Continuando este proceso, los pescadores iniciarán un nuevo curso de 80 horas sobre Métodos de Conservación de Productos Acuícolas. En esta fase, actualizarán sus conocimientos sobre manipulación y conservación del pescado, bioseguridad y normativas de salud, preparándose para ofrecer productos de mayor calidad y ampliar sus oportunidades en el mercado.
“45 pescadores junto con sus comunidades se benefician con esta oferta sobre esta riqueza formativa y cultural, patrimonio de Barranquilla”, afirmó el secretario de Cultura y Patrimonio, Juan Carlos Ospino.
La formación puede ser un motor para transformar comunidades, proteger el patrimonio cultural y natural, y generar nuevas rutas hacia el desarrollo sostenible.
Fuente: Alcaldía Distrital de Barranquilla