
Con el propósito de conectar la acción climática con el desarrollo local, Promigas y sus empresas Surtigas, Transmetano, Promioriente y su Fundación Promigas, en alianza con el Fondo de Acción Climática para Niños, Niñas y Mujeres de Fondo Acción, reunieron en Barranquilla a las 11 iniciativas seleccionadas del programa Territorios Más Sostenibles.
El propósito es conservar ecosistemas estratégicos, promover sistemas agroalimentarios sostenibles y fortalecer las capacidades de las comunidades rurales y étnicas en siete departamentos del país.
El programa beneficiará a más de 1.600 personas directamente y más de 3.000 de manera indirecta, con una inversión conjunta de 2.000 millones de pesos por parte de Promigas, su Fundación Promigas y Fondo Acción; además de 924 millones en cofinanciación por parte de las organizaciones comunitarias.
Durante la jornada, líderes comunitarios provenientes de La Guajira, Atlántico, Sucre, Bolívar, Córdoba, Antioquia y Santander compartieron sus experiencias y asumieron el reto de trabajar articuladamente para enfrentar los efectos del cambio climático y generar bienestar en sus territorios.
“Nunca había salido de Puerto Berrío… y hoy, por primera vez, viajé en avión para traer la voz de nuestra comunidad. Me emociona conocer a otras iniciativas que buscan hacer un cambio, así como nosotros. Recuperar la Ciénaga de Chiqueros es nuestro sueño, y con este programa sentimos que sí es posible”, expresó emocionada María Elvira Bernal, representante de la Asociación de Ambientalistas y Pescadores de Puerto Berrío (ASOAMBIENTAL), en Antioquia.
El evento incluyó un momento simbólico en el que cada iniciativa colocó su pieza en el mapa ‘Nuestra Huella Social’ y recibió un reconocimiento como Embajadora de Territorios Más Sostenibles.
A su turno, Marcela Dávila, directora ejecutiva de la Fundación Promigas, afirmó:
“Territorios Más Sostenibles es nuestra respuesta al desafío climático y social de las comunidades donde estamos presentes. Desde Promigas, nuestras empresas y su Fundación Promigas, entendemos que la sostenibilidad no puede construirse sin la gente y los territorios. Por eso, a través de nuestra Huella Social, estamos articulando la restauración ecológica, la generación de ingresos y la formación de capacidades locales para dejar un legado transformador por un futuro más digno para las comunidades de Colombia”.
Resultados esperados
El programa restaurará 100 hectáreas de ecosistemas estratégicos, como manglares en Sucre, Córdoba y Bolívar; bosques secos tropicales en Atlántico y Bolívar; humedales en Antioquia; y rondas hídricas y bosques riparios en Córdoba.
Además, implementará 150 hectáreas de sistemas agroalimentarios climáticamente inteligentes, así como la producción y comercialización de plantas nativas y alimentos agroecológicos, generando un incremento de entre el 15 % y el 30 % en los ingresos de las comunidades participantes.
Más de 40 procesos de formación comunitaria en adaptación al cambio climático, agroecología, nutrición, liderazgo y gobernanza territorial también se adelantarán en los territorios, junto con el seguimiento a métricas ambientales como la captura estimada de CO₂, el índice de biodiversidad y la protección de áreas hídricas clave.
Desde el juego, el aula, el vivero y la huerta, niñas, niños y adolescentes también son protagonistas del cambio. Participarán activamente en procesos de educación ambiental, monitoreo participativo, agricultura sostenible, sensibilización y fortalecimiento de sus habilidades socioemocionales y comunitarias.
“Estos proyectos son una oportunidad para responder al cambio climático desde las comunidades. Creemos en el poder de las soluciones basadas en la naturaleza para proteger ecosistemas y, al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de las familias rurales”, destacó Pablo Devis, coordinador de Cambio Climático de Fondo Acción.
La jornada concluyó con un recorrido por el Ecoparque Ciénaga de Mallorquín, un ejemplo de cómo la restauración ambiental puede convertirse en motor de desarrollo para las comunidades locales.
Fuente: Promigas