Por: Jaime Rueda Domínguez
Es indudable que el Gobierno Nacional desde que empezó la pandemia por el Covid-19 hace un año, se ha preocupado por la vida de todos los colombianos, y muy especialmente, de los adultos mayores.
El aislamiento preventivo obligatorio prohibiendo por varios meses la salida de quienes hubieren rebasado la barrera de los 70 años, así lo confirma, y hasta provocó el rechazo de conocidas personalidades del país que están en esa etapa de la vida.
Y más recientemente, al incluir en la primera línea de vacunación a los de 80 hacia arriba, reafirma esta percepción.
Sin embargo, llama la atención en el caso de los comparendos por presuntas contravenciones a las normas de tránsito, que para ganarse el 50% de descuento de la sanción, como lo establece la ley, sigue siendo obligatorio asistir presencialmente al curso sobre normas de tránsito, donde “le cantan la cartilla” al infractor.
Sabemos que es una charla de dos horas, recordando la normatividad colombiana en la materia, para sensibilizar al transgresor sobre la incidencia y problemática de la accidentalidad vial a través del análisis de estadísticas, etc.
¿Será que la señora Ministra de Transporte, Angela María Orozco, barranquillera por demás, no ha pensado que hay una población de alto riesgo, que no podemos exponer al contagio del virus mortal, en atiborradas oficinas públicas, no ventiladas, donde no se guarda la distancia física de 2 metros, mal aseadas, por la mezquindad de no pagar una de las plataformas digitales que se volvieron necesarias en esta nueva realidad?
Sí, la ley no contempla excepciones, pero no olvidemos que las leyes se pueden cambiar; solo los principios son eternos.
Una simple resolución de nuestra ministra coterránea puede cambiar este escenario injusto y peligroso. Miles de colombianos se lo agradecerán.
Dejamos el interrogante en sus manos: ¿Por qué el curso de normas de tránsito para infractores, no se puede hace virtualmente?
