Evocando la desaparecida Mansión De Mares

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Imagen propiedad de Diana Meyer y de su libro Barrio El Prado, un viaje hacia el pasado.

POR: JAIME RUEDA DOMINGUEZ

Fue la mansión más imponente y llamativa del centenario barrio El Prado.

Construida en 1928 con gusto exquisito, por Roberto De Mares, un bogotano nacido en 1864 y uno de los pioneros de la industrial petrolera colombiana. La mansión De Mares era una Casa Blanca en miniatura.

En el libro Barrio el Prado, un viaje a hacia el pasado”, Diana Meyer explica que “el palacete de la familia De Mares estaba en la intersección del bulevar Central y la calle 3ª. (Calle 59 Kra 54 esquina suroriental).

La influencia de don Roberto De Mares en la vida comercial y empresarial de la ciudad se tradujo en una de las fortunas más importantes del país.

Entre sus propiedades, refulgía esta hermosa residencia en la Urbanización El Prado, construida con materiales importados de Italia.

Don Roberto fue uno de los primeros barranquilleros en comprar un lote esquinero en la naciente urbanización El Prado, que construía el visionario inversionista estadounidense, Karl Calvin Parrish.

La confortable vivienda fue inspirada en el Palacio Monroe de Río de Janeiro, que el empresario había conocido durante sus visitas de negocios.

Tenía enormes salones, grandes corredores, amplias escaleras, pisos de mármol y ventanales artesanales.

Don Roberto falleció al poco tiempo de mudarse en ella. Fue la mansión más fotografiada del barrio El Prado y la favorita de todos los editores de postales y revistas.

La casa estuvo habitada hasta el fallecimiento de la señora Julia de la Hoz de De Mares, el 17 de Noviembre de 1951.

Con motivo de la Segunda Guerra Mundial el Club Alemán fue liquidado en 1948.

Con el tiempo, el deseo de formar un nuevo Club Alemán ganó fuerzas, y en abril de 1952 se reunieron treinta alemanes en la residencia de don Enrique Nissen y resolvieron revivirlo.

La nueva sede comenzó a funcionar en la  que había sido residencia de la familia De Mares.

Años después, en diciembre de 1960, la casa fue adquirida por una sociedad familiar, que sin ningún remordimiento la derribó y la reemplazo por un edificio, más cuatro apartamentos en el sector de Los Fundadores.

De esta manera, la hermosa, suntuosa y elegante mansión de estilo neoclásico o californiano, terminó sus días dorados, al ser demolida en la década del 70 cuando Barranquilla se sumergió en una decadencia política, económica, social y cívica, que perduró varias décadas.

Como referencia histórica, el águila del Parque de Los Fundadores estaba originalmente sobre el obelisco en frente a la Mansión De Mares, en la parte más baja del bulevar, no en la parte alta, centrado como está hoy.

LA CONCESIÓN DE MARES

La publicación Contexto, escrita por María Teresa Ripoll Echeverría*, explica que “Roberto de Mares había nacido en Bogotá en 1864. Hijo de un emigrante francés y madre venezolana. De Mares se educó en Inglaterra, Francia y España, en donde se graduó en geología. Se casó en París en la iglesia de la Madeleine, con Julia de la Hoz Álvarez, siendo su padrino de bodas el general Rafael Reyes. De regreso a Colombia se estableció en Barranquilla, de donde era oriunda su esposa”.

Al despuntar el siglo XX se estableció en Barranca, José Joaquín Bohórquez, persona que se interesó por los manantiales petrolíferos.

Su entusiasmo era tal que al viajar llevaba consigo muestras del petróleo crudo, para poder interesar a los comerciantes en la posible explotación de los yacimientos.

El 28 de noviembre de 1905, Roberto De Mares con el respaldo del Presidente Rafael Reyes, su padrino de matrimonio, obtuvo por 30 años la concesión que llevó su nombre para exploración y explotación de petróleo en el área de Barrancabermeja.

Las primeras concesiones firmadas formalmente por el gobierno se realizaron en 1905.

La primera, con Roberto De Mares, precursor del negocio de la exploración en Colombia, comprendía una gran extensión de terreno al sur de Barrancabermeja.

En virtud de la concesión, el Estado cedía a particulares determinadas áreas de territorio para que adelantaran trabajos de exploración de hidrocarburos.

A cambio, recibía unas regalías que oscilaban entre el 7% y el 14% sobre la producción que se obtuviera.

La concesión De Mares pasó a ser propiedad de la Tropical Oil Company (Troco), filial de la Standard Oil de Nueva Jersey, conocida hoy como Exxon.

* María Teresa Ripoll Echeverría: historiadora, docente de la Universidad Tecnológica de Bolívar (Cartagena).

[Fuentes: Diana Meyer Vengoechea: Barrio El Prado un viaje hacia el pasado     Revista Dinero, Red Cultural Banco de la República, El Tiempo].

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