Por: Jaime Rueda Domínguez
En Colombia el robo de celulares es pan de cada día. Por mencionar únicamente a Bogotá, en 2021 el Concejo Distrital reveló la cifra escalofriante que 101 personas habían sido asesinadas en en medio de un atraco por robarle su teléfono. (Fuente: El Nuevo Siglo).
Ahora, ¿Qué posibilidad real tiene una persona de recuperar su móvil si lo deja olvidado en un avión, un tren, un taxi, un bus o en cualquier sitio público?
Lo cierto es que la honradez es tan escasa en nuestros días que si un taxista halla un maletín con dinero y lo devuelve, es noticia de primera plana.
Lo común es que en nuestra cultura no se piense que ese objeto o dinero olvidado, le pertenece a alguien que seguramente lo estará buscando afanosamente.
La experiencia de Londres
Mi hija, mi yerno y mis tres nietos están de vacaciones en Europa. Estando a bordo de un tren, mi segundo nieto dejó olvidado su celular, antes de subirse a un crucero.

Al comienzo lo dieron por perdido, máxime que en la tierra del río Támesis roban celulares, portátiles, aparatos electrónicos, y si un pasajero se duerme en un transporte público le quitan hasta los auriculares. Nada debe estar a la vista. Según la IA, en 2023 se robaron 115 mil celulares en Londres.
Sin embargo, al instante en que se extravía el celular camino de Southampton, un importante puerto de cruceros y un centro de transporte, le avisaron a uno de los trabajadores de la South Western Railway lo que estaba ocurriendo, quien por radio empezó a llamar a otros trenes a partir de la hora en que abordaron el ferrocarril.

30 minutos después ya lo habían encontrado y los llamaron para avisarles. Como la familia se iba de crucero 8 días por el Norte de Europa solo podían reclamarlo en una semana. Al regresar y bajarse del crucero fueron a la estación Clapham Junction, les indicaron dónde quedaba la oficina de administración y “Voilà”, allí tenían el celular guardado y marcado.

En la foto de portada el joven que le entrega el celular a mi nieto, se llama Naresh y es de la India. Desde Colombia, estamos muy agradecidos con todas las personas que colaboraron para recuperar rápidamente el teléfono móvil de mi nieto.
Una linda lección de honradez y una anécdota inolvidable del viaje, que vale la pena encomiar, ya que según le dijo una amiga de mi hija que vive en Londres: “Esto aquí es inusual”.
