La Fundación Oftalmológica Nacional, Fundonal, destaca la importancia de la iluminación adecuada en los espacios laborales como un factor clave para proteger la salud visual y favorecer el bienestar general de las personas. Garantizar condiciones óptimas de luz en el entorno de trabajo no solo permite mejorar el rendimiento, sino también prevenir molestias visuales a corto y largo plazo.
La luz natural continúa siendo la opción más recomendable. Espacios que cuenten con ventanas amplias y buena entrada de luz del día permiten mejorar significativamente el confort visual, reducir la fatiga ocular y favorecer el estado de ánimo.
Este tipo de iluminación es ideal para actividades que demandan atención visual prolongada, como la lectura o el uso constante de dispositivos electrónicos, ya que permite una mejor percepción sin sobrecargar el sistema visual.
Cuando no es posible acceder a luz natural, se recomienda el uso de luz blanca. Aunque su exposición durante largos periodos puede generar cierto cansancio ocular, este tipo de iluminación sigue siendo la más adecuada para tareas que requieren precisión visual, ya que mejora la visibilidad de textos, pantallas y objetos.
En contraste, la luz amarilla, de tonalidad más cálida, se sugiere especialmente para áreas de descanso o zonas de transición, ya que promueve un ambiente relajante que contribuye a disminuir el esfuerzo ocular.
Según explica la Dra. Mónica Rodríguez Vargas, Oftalmóloga supraespecialista de Fundonal:
“Los ambientes correctamente iluminados permiten una adecuada función visual, especialmente en labores que implican concentración visual constante. Cuando hay deficiencias en la luz, el ojo debe hacer un esfuerzo adicional que puede generar síntomas molestos como visión borrosa, fatiga y dolor de cabeza”.
Una iluminación adecuada en oficinas ofrece múltiples beneficios, entre ellos un mejor desempeño visual, menor cansancio ocular y prevención de síntomas como enrojecimiento, lagrimeo o sensación de arenilla.
También tiene un impacto positivo en la productividad, al permitir que las personas trabajen con mayor comodidad y menos interrupciones por molestias visuales.
Adicionalmente, se recomienda ajustar el brillo de las pantallas para evitar el deslumbramiento y proteger la superficie ocular.
Por el contrario, la exposición constante a condiciones de iluminación inadecuadas puede producir efectos negativos.
Entre estos se encuentran el cansancio ocular, los síntomas asténicos (como la fatiga visual), y un aumento del esfuerzo de acomodación.
Esta situación puede incluso desencadenar desviaciones visuales intermitentes o agravar condiciones preexistentes.
La Dra. Rodríguez, también advierte: “Cuando se obliga al sistema visual a adaptarse continuamente a una mala iluminación, se incrementa el riesgo de generar trastornos visuales funcionales, especialmente en pacientes que ya tienen antecedentes de problemas refractivos o estrabismo”.
En conclusión, la luz natural sigue siendo la mejor aliada para el cuidado de la visión en ambientes laborales.
En su ausencia, debe optarse por una iluminación artificial adecuada, preferiblemente blanca, complementada con pausas visuales periódicas y zonas diseñadas para el descanso ocular. Fundonal reafirma su compromiso con la promoción de espacios laborales saludables y con la protección de la salud visual de la población.
Fuente: Fundación Oftalmológica Nacional, Fundonal