Gran pesar, por fallecimiento del Presidente de Asocentro, Sammy Abomohor Salcedo

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Sammy Abomohor Salcedo.

Por: Jaime Rueda Domínguez

A los 56 años falleció esta tarde en la ciudad, el empresario Sammy Elías Abomohor Salcedo, Presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro de Barranquilla y uno de los mas entusiastas impulsores de la recuperación  del centro histórico.

La información fue confirmada por la directora de Asocentro, Dina Luz Pardo Olaya, en su cuenta de Facebook donde compartió una nota muy sentida donde destaca:

“Cuando tienes tantos años de trabajar en un gremio como Asocentro, los comerciantes no son sólo eso.
Unos terminan asumiendo el papel de padres protectores, otros, el de hermanos impulsores, y otros, de primos que siempre están cerca.
Samy Abomohor fue amigo y padre. No había una semana que no estuviera pendiente de mí, no sólo por mis tareas diarias en el gremio, sino pendiente de la hija.
Pendiente de mi salud, de que no me faltara nada. Con él, son cinco padres los que tengo en Asocentro.
Dos se han ido, él y el señor Ramiro Zuluaga, pero seguirán siendo padres y grandes empresarios del Centro.
Muchas escenas llegan a mí en estos momentos y todas tienen relación con la incondicional y su don de dar.
Como cuando mi hija falleció y ahí, desde la noche misma en que sucedió, estaba en la clínica conmigo.
Como cuando tenía que viajar y me decía, yo te suplo acá, ve que tus sueños, nosotros estamos para ayudar a cumplirlos, por toda tu entrega con el gremio.
Como cuando me enfermaba y averiguaba cómo apoyarme llevando o enviando medicamentos a mi casa, e incluso, como pasó el año pasado con un esguince que tuve a raíz de un accidente, ahí estaba él junto con su esposa, buscando la forma de apoyarme.
Solo traigo a colación 3 o 4 de las tantas demostraciones de su don de servicio, de su aprecio por su hija y amiga, Dina Luz.
Luchy, la llamo tal como él me enseñó a llamarla, Dios le dé fortaleza. Mucha. Mi abrazo con usted”.
MI AMIGO SAMMY
En lo personal, Sammy Abomohor  fue mi amigo desde hace 30 años, aunque ya nos conocíamos  de vista desde el Romelio Martínez, donde íbamos por separado a ver los partidos del Junior a principios de los 80 y nos veíamos en la tribuna de Sombra.
Luego, fue nuestro anunciante en Noticias Ya, donde publicitábamos sus almacenes  (Valdin, Acapulco y Bodega 33) algunos en el Tropical Centro, antiguo Club Barranquilla,  y en la calle Del Real (33) donde siempre ha estado su oficina de Confecciones Valdin, una muy reconocida fabrica de ropa y uniformes local.
Recuerdo el día que me comentó que le parecía tan extraño el color blanco y negro que había escogido para  su segunda administración, Alejandro Char, como identidad institucional  de la Alcaldía Distrital de Barranquilla y donde la figura parecían unos dragones entrelazados.
Antes de ser peatonalizada la  calle 33 a Sammy le tocó «comerse las verdes» con la invasión del espacio público, que prácticamente ocultó sus almacenes con toda suerte de ventorrillos durante varias décadas..
Alguna vez le pregunté a Sammy Abomohor:  ¿Por qué desde hace unos 20 años las camisas de hombres vienen sin bolsillo, incluidas las guayaberas? y me respondió: «Moda impuesta por los afeminados».
Después, acentuamos nuestra preferencia por el fútbol, muchas veces me recogió y me trajo de vuelta a mi apartamento, luego de presenciar bastantes partidos del Junior en el Metropolitano.
Y si de finales se trataba, o Copa Libertadores, se convertía en excelente anfitrión, invitando a su casa a un grupo escogido de amigos, que generalmente disfrutábamos de un exquisito asado que él mismo preparaba y servía con el apoyo de su esposa Luchi.
Recuerdo tanto su frase: «Voy a tirar la carne a la parrilla antes del partido, para  que no nos coja el tiempo en el intermedio o al final».
Inolvidable  la cuarta estrella de Junior el 20 de diciembre de 2004, con el último gol de penalti de Martin «el torito» Arzuaga, que vimos en la sala de su casa. partido al que nos acompañó mi hija Nathalie, antes de radicarse en los Estados Unidos. También estuvieron, David Miguel y Tico Salas, este último ya fallecido.
Previamente, en el juego de ida el 16 de noviembre en Barranquilla, el encuentro quedó 3 a 0. Ese día Sammy también me recogió, y lo recuerdo muy bien porque mientras esperábamos que abrieran las puertas del estadio, se formó un tropelín por la entrada del parqueadero de Occidental y me robaron la cédula.
Hasta que decidí no volver más al Roberto Meléndez en 2009, tras un accidentado choque que perdió Junior 2 a 1 con el Medellín, en semifinales y a la salida hubo hasta bala.
Volviendo al tema gastronómico, lo cierto es que Sammy tenia un paladar exigente y me decía: «Jaime, yo no tengo vicios y lo que mas disfruto es una buena comida». Sabia hasta dónde vendían el mejor pan de la ciudad o el último restaurante que habían inaugurado y su especialidad, como en su momento la Parrillada Libanesa.
Sammy era excelente cocinero y por nexos familiares aprendió a preparar la autentica paella a la valenciana.
Los dos compartíamos un dolencia física que solo aparece por descuido en la alimentación: «la gota», y sabíamos muy bien qué debíamos evitar.
Una faceta distinta que disfruté con Sammy, como Testigos de Jehová que somos, fue la predicación de casa en casa hasta antes de la pandemia y mientras estuvo en la Congregación Miramar a la cual estaba asignada su familia, y donde dejó un grato recuerdo por su noble espíritu cristiano.
Esta fotografía fue el 29 de octubre de 2017  en el Hotel Barranquila Plaza, durante el aniversario de casados de Gorka Arregui y Milena Ahumada.
Nuestra sincera voz de pesar por la partida temporal de Sammy Abomohor Salcedo, a su esposa Luz Marina (Luchi), sus hijos Janine y Sammy David. su señora madre Rosalba Salcedo, su hermano Elías y sus tíos, Remberto Navarro Negrete y Gloria Salcedo de Navarro, y sus primos Alex y Carolina Navarro Salcedo, entre tantos familiares.