Ezequiel A. Rosado, fundador de la Sociedad de Mejoras Públicas

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POR: JAIME RUEDA DOMINGUEZ

Debemos confesar que nuestra inquietud por conocer el legado de don Ezequiel A. Rosado nació al ver su nombre en letras de alto relieve en la arcada de un parque al norte de la ciudad.

Muchas veces nos preguntamos qué historia subyacía detrás de alguien que seguramente fue un hombre notable en la ciudad antañona; pero no obteníamos nada nuevo aparte de ser el fundador de la Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla en 1927.

Así que decidimos hacer nuestra propia investigación y esa madeja histórica comenzamos a desenrrollarla a partir de su nombre.

Lo primero que supimos fue que Ezequiel Rosado ocupó la presidencia de la S.M.P. durante 25 años. Con esta crónica aspiramos a escribir una aproximación a su vida y a su brillante trayectoria cívica, más en nuestros días, cuando hombres de esa estatura cívica, de esa talla humana  y altruista parece que se extinguieron.

Su nombre completo, Ezequiel Alberto Rosado Molina. Nació en Mompox (Bolívar) el 10 de abril de 1878 y falleció en Barranquilla el 20 de septiembre de 1973. Hijo de Pedro Rosado y Nicolasa Molina.

RASTREANDO LA VIDA DE DON EZEQUIEL

No hay mucha literatura disponible  sobre la vida y obra de don Ezequiel A. Rosado, cariñosamente llamado  “Quenquén” por sus familiares y amigos.

Hay que escarbar con diligencia y navegar con paciencia en Internet para ir descubriendo episodios aislados de este gran cultor de los intereses de Barranquilla a nivel nacional y    exitoso comerciante de las primeras décadas del siglo XX.

Cuando nos propusimos bucear su biografía en Wikipedia, concluimos que nadie se ha dado a la tarea de contar ni rescatar su gesta.

Por eso, queremos rendirle este pequeño tributo dedicado especialmente a todo su tronco familiar, pero especialmente a sus  descendientes con el cognombre Rosado.

LA SOCIEDAD DE MEJORAS PUBLICAS

Don Ezequiel A. Rosado fundó la Sociedad de Mejoras Públicas el 12 de enero de 1927. Y obtuvo la personería jurídica del Ministerio de Gobierno el  30 junio del mismo año, dependencia que ya existía desde 1886.

Según datos suministrados por la Secretaría de la S.M.P. la primera Junta Directiva fue elegida el 23 de enero de 1927 y se posesionó el 7 de abril. Su primer Presidente fue Ezequiel A. Rosado; Vicepresidente, Rafael Blanco de la Rosa y Tesorero, Juan M. Obregón.

El libro “historia del Teatro en Barranquilla”, de la pluma señorial de Alfredo De la Espriella,  destaca que “cupo el honor a don Ezequiel A. Rosado, eminente hombre cívico y Presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas, ser el fundador del Comité Pro-Teatro Municipal de la misma Sociedad, para reemplazar el demolido Teatro Emiliano Vengoechea.

Consta en el Acta número 1 que el 23 de marzo de 1948, previa citación que hiciera el Presidente de la Sociedad de Públicas, don Ezequiel A. Rosado, se reunieron en el recinto de la Sociedad, el doctor Santiago Zúñiga, don Ezequiel A. Rosado, don Luis  Ricardo Fuenmayor y quien esto escribe”.

Don Ezequiel quedó encargado de las Finanzas (tesorero) y en en la comisión de Agitación y Propaganda con Alfredo De la Espriella.

UN DECRETO CURIOSO

Les dejamos en PDF un curioso decreto firmado por el alcalde de Barranquilla José Palacio Plaza, el 21 de febrero de 1952, facultando a la directiva de la Sociedad de Mejoras Públicas a vender en pública subasta, los animales de servicio doméstico que hubieran pasado más de 60 días en el “Coso Municipal” sin haber sido reclamados por los interesados.

A Decreto Alcaldia SMP, reses

LA ACTUAL SEDE DE LA SOCIEDAD DE LA S.M.P.

El 2 de febrero de 1962 mediante el Acuerdo No. 1, el Concejo de Barranquilla autorizó al alcalde, el arquitecto Ricardo González Ripoll, para que a nombre del Municipio cediera un lote de hasta cincuenta metros de frente por cincuenta de fondo, en el Parque Once de Noviembre, en favor de la Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla, entidad con personería jurídica.

El lote tenía sería destinado exclusivamente a la construcción del nuevo edificio de la entidad rectora del civismo (S.M.P.) en la ciudad.

La Secretaría de Obras Públicas del Municipio y el Señor Presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla, en asocio de la Oficina de Planeación Municipal y la Personería también, fueron las entidades encargadas de escoger el sitio en el Parque Once de Noviembre, donde debía operar la cesión gratuita autorizada.

El  Acuerdo advertía que en caso de que la S.M.P. diera una destinación distinta a la que trataba el artículo primero, el lote automáticamente revertiría al patrimonio municipal.

Igual cosa sucedería si la Sociedad de Mejoras Públicas no comenzaba en el término de cinco años la construcción del nuevo edificio.

En 1962 presidía el Concejo, Josefina Dugand de Blanco Jiménez. Les dejamos el Acuerdo en este PDF.

A Acuerdo que cede lote a la Sociedad de Mejoras Públicas

DON EZEQUIEL Y EL PASEO COLON

Por un recorte de prensa de 1936 concluimos que don Ezequiel Rosado no estaba de acuerdo en cambiarle el nombre al Paseo Colón por Paseo Bolívar, la avenida insigne del Centro de la ciudad desde el 20 de julio de 1910.

Desde la Revista Mejoras se opuso a tal iniciativa. Finalmente, el dirigente cívico perdió la batalla el 18 de septiembre de 1936, cuando el Concejo Municipal de Barranquilla mediante el Acuerdo No. 28 “dispuso el cambio de  nombre del Paseo Colón y el cambio de sitio que ocupan actualmente las estatuas de Colón y Bolívar”.

El libro “El Desarrollo Urbano y el Centro de Barranquilla, 1905-1955”, escrito por el arquitecto Juan Pablo Mestre Hermines, recoge el sentir de organismos influyentes que estimaron que la medida “no fue muy favorable en diferentes sectores de la opinión pública”.

El 11 de noviembre de 1936 se manifestó a través de la revista Mejoras de la S.M.P., que la entidad no aprobaba el cambio del nombre.

A ellos se unieron la Asociación de Empleados de Comercio (ADECO) y el Club Rotario. Sin embargo, no tuvo eco pues el acuerdo Municipal siguió su curso hasta su ejecución”.

A las 4:00 p.m. del 12 de octubre de 1937 se inauguró  la nueva Plaza y el Paseo de Bolívar.

¿COMO ERA DON EZEQUIEL? 

Don Ezequiel era un generoso mecenas de músicos, próspero comerciante, importador y representante de una disquera de los EE.UU.

Hombre cívico, directamente relacionado con la historia del himno de Barranquilla y uno de los fundadores de la Universidad del Norte.

En 1928, bajo su égida, se publicó el Directorio Comercial Pro-Barranquilla: editado con  los auspicios de la Sociedad de Mejoras Públicas recién fundada y escrito por Enrique Rasch Isla.

La publicación “La Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla y el Código de Policía de 1931”, destaca que la S.M.P. se fundó “para promover los procesos de modernización urbana en lo tocante a las condiciones físicas, higiénicas y estéticas del espacio público”.

La Sociedad de Mejoras Públicas nació para liderar campañas como la arborización, pavimentación, alcantarillado y aseo de la ciudad, así como una serie de proyectos cuyo objetivo era mostrar la imagen positiva de Barranquilla.

Igualmente, desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de las ideas de orden y progreso en Colombia. Su accionar se reflejó en la filosofía del positivismo. Su objetivo, mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las diferentes ciudades y pueblos del país.

Por tanto, estarían ubicadas en cada uno de estos lugares con el designio principal de establecer el ornato y desarrollo urbano. Se caracterizaron por encontrarse en ellas personas que querían contribuir al adelanto de las ciudades, encabezados por el señor Rosado.

El propósito, convertir la ciudad en la cuna del progreso mediante la atracción de la inversión extranjera, para dinamizar la economía local. Otra labor, realizar campañas de salubridad pública asociadas a la dotación de los servicios públicos como el alcantarillado, la pavimentación y la ampliación del acueducto. Aunque la asociación no financiaba estas obras, sí ejercía la presión pública necesaria para conseguirlo.

En 1938 la S.M.P. construyó su propio edificio. La primera planta se destinó para el Salón de Actos y un ‘teatrico’ con capacidad para doscientas personas. Por mucho tiempo fue refugio de artistas locales quienes patrocinados por la entidad y el Centro Artístico, impulsaron campañas en favor de la cultura local.

El 26 de enero de 1935 cuando se inaugura la III Olimpíada Colombiana en el estadio Municipal, la Sociedad de Mejoras Públicas y el Comité Olímpico publican este mensaje en diversos medios escritos: “Ilumine profusamente su residencia, almacén o industria, para consagrar a Barranquilla como ciudad culta, confortable y progresista, ante sus visitantes para los próximos juegos olímpicos”.

VIERNES CULTURALES

Lo que hoy llamamos “Viernes Cultural” nació en 1938 por iniciativa de don Ezequiel A. Rosado. Al último día laboral, antesala del fin de semana,  lo llamó “Viernes Culturales”  y eran dedicados a promover un ambiente intelectual y artístico. “Tuvieron mucho prestigio por su calidad y categoría”, según relata Alfredo De la Espriella, en el libro Historia del Teatro en Barranquilla.

LA FILARMONICA 

La poetisa Meira Del Mar (Olga Chams) en su publicación Poesía y prosa, evoca al “inolvidable Ezequiel Rosado”, un mecenas que apoyó durante veinticinco años la filarmónica de Barranquilla que don Ezequiel llamaba ‘la orquesta’.

La integraban cuarenta y cinco músicos. Cumplió una  admirable labor de difusión cultural, presentándose en festivales que alcanzaron gran trascendencia nacional, en teatros, parques y escuelas, con un público heterogéneo.

El 12 de junio de 1943 la Filarmónica de Barranquilla ofreció su primera función con la ópera “Rigoletto”, acto organizado por Ezequiel Rosado, quien tuvo que traer sillas de su casa para extender el aforo de 910 butacas de platea. (Nota facilitada por Nora Rosado Roncallo

La presentación tuvo lugar en el Teatro Apolo, inaugurado el 28 de junio de 1930, propiedad de don Alberto Osorio.

Una crónica escrita por el licenciado en historia, José Nieto Ibáñez, titulada ‘El Día que inauguraron el Apolo’, reseña que el teatro tenía 492 sillas de Viena para los palcos, 300 sillas de madera en galería y telón de terciopelo con bordados de oro traído de Italia”.

También, con el apoyo del Centro Artístico (Carlos Dieppa) convencieron a Meira del Mar para crear la Compañía de Opera de Barranquilla.

LA MANSIÓN DEL PRADO

Por un detalle histórico se puede colegir que don Ezequiel Rosado construyó en 1920 o máximo 1921 su mansión en barrio El Prado.

Una foto de la familia Rosado  publicada en Facebook capta el frente de la casa cuando todavía estaba el lote sin el parque Santander, inaugurado en 1922 con Parada Militar, intervenciones oficiales y desfile escolar.

La casa Rosado es de estilo neoclásico conocido como arquitectura republicana, corresponde al período entre 1850 y 1930.

La vivienda fue levantada en el lote 7, bloque 22, parque central, entre los  bulevares norte y sur (hoy calle 64 entre carreras 54 y 58). Foto cortesía Barrio El Prado, un viaje hacia el pasado.

La residencia fue vendida a la la familia Campo Serrano, descendiente del General samario, José María Campo Serrano. Este, en calidad de designado asumió la Presidencia de la República el 30 de marzo de 1886, al ser separado del cargo Rafael Núñez. A Campo Serrano le correspondió sancionar la Constitución Política de Colombia el 5 de agosto de 1886. Ejerció hasta el 6 de enero de 1887.

La casa de Ezequiel Rosado es patrimonio arquitectónico de Barranquilla y se conserva hasta el día de hoy. Por su belleza incomparable, la vivienda mantiene su color original blanco, ha sido utilizada en películas, series de televisión nacional e internacional como El Joe, la leyenda. Hoy pertenece a la familia Salzedo.

LA REVISTA MEJORAS

Esta publicación nace por iniciativa de don Rafael Salcedo Villarreal, quien siendo secretario de La Sociedad de Mejoras Pública le propone a su presidente don Ezequiel Rosado, fundar la revista Mejoras, que circuló mensualmente por más de 30 años.

Salcedo Villarreal funda en 1939 su empresa Editorial Mejoras que en 2019 celebró 80 años.

Con el pensamiento editorial de Rosado, la Revista Mejoras  exaltaba los beneficios de la valorización de la propiedad privada, la higiene y el ornato, partiendo del hecho de ser  un buen ciudadano contribuyendo al financiamiento de las obras públicas.

En ella planteaba preguntas retóricas como:

¿Nota Ud. algo deficiente en el servicio público local? Pues envíe sus juiciosas observaciones a la Sociedad de Mejoras Públicas. Ella trabaja por el bien de Barranquilla, en todas sus formas”.

Por iniciativa de don Ezequiel la Sociedad de Mejoras Públicas ejercía coacción social
sobre los habitantes de Barranquilla.

Buscaba implementar políticas de progreso y hacer de la ciudad un ejemplo de modernización nacional.

Lo tan invocada “cultura ciudadana” ya existía en los años 30. Un mensaje de la S.M.P. rezaba:

“La pavimentación de su calle duplica el valor de su propiedad, aumenta la higiene y le hermosea a usted su residencia”.

Otro anuncio recalcaba la necesidad de que los dueños de las propiedades ubicadas en la calle Caldas (38), pagaran las cuotas correspondientes por pavimentación y cambio de tubería, a las Empresas Públicas Municipales gerenciada por Samuel Hollopeter.

Cortesía “Recorriendo mi Barranquilla”

Durante la década del 30, aún bajo la presidencia de don Ezequiel, se promocionaba así a Barranquilla para atraer, principalmente,  la llegada de ciudadanos extranjeros:

“En Barranquilla encuentra usted un clima sano y agradable, con una temperatura media de 27 grados.

Admirables servicios públicos de energía eléctrica, agua pura, cables, teléfono automático, transporte urbano de autobuses para todos los barrios centrales y apartados de la ciudad y poblaciones vecinas, por buenas carreteras.

Calles y avenidas pavimentadas y arborizadas, soberbios edificios, hermosos templos, notables obras de arte arquitectónico, parques, bellas urbanizaciones, verdaderas ciudades jardines, teatros y estadios.

Además,  campos de deporte, restaurantes, casinos, cabarets y otros establecimientos de distracción y sano esparcimiento como el elegante Jardín Águila recientemente inaugurado. (Construido por el arquitecto cubano Manuel Carrerá Machado en 1936 y demolido en 1972).

Su principal atracción es la de sus tradicionales y típicos Carnavales, en los primeros meses del año antes de la cuaresma, de antigua fama, originales y únicos en Colombia”.

De la Revista Mejoras se “tiraban” hasta 2.000 ejemplares por edición, en papel periódico.

La S.M.P. quedaba inicialmente en un caserón sobre Cuartel con Caldas (Cra 44 con calle 38), donde estuvo Telecom. La colección completa de la revista fue donada a la Universidad del Litoral.

Foto tomada de la página “Recorriendo mi Barranquilla”.

EN LA RADIO

Ezequiel Rosado está relacionado con la cuna de la radio colombiana. Su nombre aparece en el libro “Época de oro de la radio en Barranquilla”, del escritor, libretista e historiador, Álvaro Ruíz Hernández (Agosto 23 de 1933 – agosto 11 de 2016).

Allí, Álvaro narra  cómo fue la transición de la HKD a la Voz de Barranquilla, la primera emisora comercial de Colombia, fundada el 8 de diciembre de 1929 por el ingeniero Elías Pellet Buitrago y la suerte que corrió la estación tras su muerte prematura en 1938:

“Puede decirse que Elías Pellet Buitrago cerró su ciclo con algo para no olvidar, y después no estuvo en condiciones, no tanto físicas como anímicas, para seguir aquella lucha.

Así, la nueva Voz de Barranquilla empezó a trabajar, ya no solo con discos RCA, sino que la programación se enriqueció mediante la intervención de don Ezequiel Rosado, que a su vez era representante de discos Odeón y Columbia.

El señor Rosado fue una especie de socio artístico y moral, y algunos aseguraron que había sido la cabeza oculta de aquella empresa, a la  que le dedicaba más tiempo que a su Almacén Eros, en la esquina de la calle del Comercio  (hoy 32) con la  carrera Pacho Palacio (hoy Progreso o 41)”.

Así mismo, en el libro “Breve Historia de la Radio Barranquillera”, una nota escrita por el periodista Alfonso Rosales Navarro, confirma lo narrado por Álvaro Ruíz:

“Cuando la emisora de Pellet se fortalece, con sede propia, estudios, planta transmisora, onda corta, y presentaba a los mejores artistas de la ciudad, dejó de usar el nombre HKD para convertirse en La Voz de Barranquilla, apoyada ahora por Ezequiel Rosado  y los hermanos Rafael y Alberto Roncallo Vilar”.

Con esta inyección se conforma el primer circuito nacional, se coloca en el primer puesto de la radiodifusión colombiana, llegando a transmitir por cuatro ondas diferentes.

De esta manera, con 16.250 Watts llevó el nombre de Barranquilla por todo el mundo.

También, Álvaro Ruíz menciona que la primera cortadora de acetato para grabar barranquillera, se importó de los Estados Unidos con gran esfuerzo de empresarios radiales y aprovechando los contactos de Ezequiel Rosado.

UNIVERSIDAD DEL NORTE

Ezequiel A. Rosado asistió a la firma del acta de fundación de la Universidad del Norte, el 24 de enero de 1966 a las 5:00 p.m. en las oficinas de Incolda y estampó su rúbrica en el histórico documento.

Fundadores:

Ezequiel Rosado, Gastón Abello, Jacobo Acosta Bendeck, Alfonso Jara Gutiérrez, Karl C. Parrish, Ernesto Cortissoz, Sergio Martínez Aparicio, Augusto Karpf, Alberto Vazilef, José Román Fernández, Jorge Rocha, Juan Manuel Ruiseco, Julio Muvdi, Álvaro Jaramillo Vengoechea, Ernesto Soto y Eduardo Verano Prieto, quienes con su visión dieron vida a una de las mejores universidades del país.

El proceso de gestación y fundación definitiva de la Universidad del Norte tuvo lugar entre 1959 y 1966, en medio de un ambiente de crecimiento económico y progreso que vivía la ciudad.

En el libro “Líderes en un mundo globalizado” de Jesús Ferro Bayona, rector durante 38 años del Alma Máter, rememora en la página 144 a Ezequiel Rosado al lado de diez influyentes personajes de la época, por haber suscrito el acta de constitución y donde la mayoría formó parte del Consejo Directivo. El primer rector fue Julio Muvdi.

APOYA A CAMACHO Y CANO

Ángel María Camacho y Cano fue un abogado egresado de la Universidad de Cartagena,  notable músico y compositor  bolivarense, nacido en San Estanislao de Kostka (Arenal), el 1 de agosto de 1901 y Fallecido en Barranquilla el 29 de diciembre de 1993. Padre de la afamada pianista Viola Camacho. Se destacó como pianista, abogado, escritor de poesía y zarzuela.

En una autobiografía disponible en la red, Camacho y Cano relata como don Ezequiel Rosado apareció en su vida como un ángel protector, para influir notablemente en su carrera musical:

“Un domingo, don Ezequiel, en el segundo piso de su almacén de lujo  en el Centro, donde además funcionaba la agencia principal de la casa Brunswick, escuchó 20 canciones de mi repertorio e inmediatamente se convirtió en mi protector. [Enfrente quedaba el edificio Faillace].

Me facilitó el dinero necesario para viajar a los Estados Unidos a grabar en Discos Brunswick tres piezas que él mismo había escogido. 

A cumplir ese contrato me marché en noviembre de 1929 a la ciudad de los rascacielos. [Partió desde el Muelle de Puerto Colombia con una maleta de cuero llena de partituras].

Allá organicé el Grupo Camacho y Cano y con él hice 30 grabaciones. 

OTRA RESEÑA

El libro La Omnipresencia de la polifonía musical Caribe escrito por Jairo Solano Alonso, describe en la página 19:

“Desde la segunda mitad de los años 20 del siglo pasado la música cubana influyó marcadamente en Barranquilla.

Gracias a la avanzada radiodifusión permitía que se escucharan en decenas de receptores locales, los programas que emitían las emisoras cubanas CMQ, Radio Progreso y la Cadena
Azul.

El 8 de diciembre de 1929 se funda la primera emisora comercial colombiana, La Voz de Barranquilla, por Elías Pellet Buitrago, y para esos días los importadores de discos de RCA Ezequiel Rosado y Emigdio Velasco, introducen discos de guarachas y sones cubanos”.

EL ALMACÉN EROS

Con el lema “servicio antes que beneficio”, ‘Eros’ era el nombre del almacén, acrónimo de unir las palabras Ezequiel y Rosado.

Ubicado en la esquina de la calle 32 con carrera 41, el conocido negocio vendía  “artículos para regalo, muebles finos y corrientes para oficinas y habitaciones y para los hogares, máquinas para oficinas y hogares, cajas de hierro, papeles y útiles de escritorio, cristalería, fonógrafos y discos, bombas de agua marca Jacuzzi “, y fue el primer almacén de vidrios de la ciudad. Era el Home Center de la época.

“Eros Vendía cristalería, adornos finos y vajillas importadas. También, Rosado estableció un negocio similar en Bogotá en un local muy elegante, llamado, Cristal, exclusivamente de artículos importados y lo administraban dos hermanos suyos”. Testimonio de Marta Rosado.

Durante mucho años, Ezequiel Rosado Molina fue el concesionario de productos Coleman para Colombia, con las recordadas lámparas de queroseno, en colores amarillo, verde y azul, que además,  eran decorativas. Las que aún quedan fueron heredadas de aquellas familias  y se venden a muy buen precio por Internet. (Foto cortesía de Carlos  A. Sourdis Pinedo).

Su vecino era el Almacén Iris de Enrique Bernal en el sector de Pica Pica, en la carrera 41 No. 32-14.

Inicialmente la Carrera 41 se denominó Callejón de la Iglesia. Y la calle 32 a lo largo de la historia ha tenido estos nombres: El Banco por el Banco Dugand; La Cruz por la iglesia de la Cruz Vieja y la calle del Comercio donde todo comenzó.

“En la Calle del Comercio se construyó el Teatro Municipal, la Mercantil Alemana Hasse y Cía., la Agencia Postal  (localizada entre los callejones del Cuartel y La Niña China). También, el Banco Dugand  (en cuyo interior  funcionaba la oficina de la Scadta), y el edificio Faillace (esquina de la Cra 41). Aporte de Helkin Alberto Núñez Cabarcas, funcionario del Archivo Histórico del Atlántico.

LA CRÓNICA DE DINERS

Una crónica de la Revista Diners de marzo de 1989, edición 228, titulada “Así era la rumba en la Costa en los años 20”, evoca:

Para fortuna de la humanidad Camacho y Cano estuvo varios años girando entre Sincelejo, Montería, Medellín y Barranquilla.

En esta ciudad hizo contacto con don Ezequiel Rosado, un comerciante de lámparas y otros artículos de lujo, miembro de la importante Sociedad de Mejoras Públicas y agente de Brunswick Récords, casa disquera norteamericana con sede en Nueva York.

En una audición privada Camacho interpretó veinte números, antes de interrumpirle don Ezequiel:

“Ya no sigas más –le dijo-, ya te conozco perfectamente. Bueno mijo, solo quiero decirte que vayas a tu casa y le digas a tu papá y a tu mamá que te alisten las maletas y la ropa.  Si te falta plata yo te presto, te compro maletas nuevas, pero te vas para Estados Unidos.  Yo te hago un préstamo para que no te haga falta nada. No te preocupes, yo sé que me vas a pagar”.

Luego de firmar un contrato que lo comprometía a grabar treinta canciones para la Brunswick Récords, viajó a Nueva York donde permaneció tres años. Ángel María Camacho y Cano murió en Barranquilla a los 92 años.

EL TEATRO AMIRA DE LA ROSA

Llamado originalmente Teatro Municipal. Fue el resultado de un esfuerzo colectivo de un  comité integrado por Ezequiel Rosado (presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas), Rafael Juliao, Alfredo De la Espriella y Alfredo Steckerl. quienes tocaron todas las puertas para hacer realidad el sueño de tener un centro cultural para la ciudad.

Lo hicieron cuando la urbe quedó huérfana al desaparecer todos los teatros construidos desde finales del Siglo XIX y principios del XX: el Ateneo, Cisneros, Emiliano Vengoechea, Colombia, y el último que quedaba, el Apolo, derribado en 1946 y los terrenos vendidos a la Metro-Goldwyn-Mayer.

Hasta 1940 Barranquilla era la puerta de entrada y en donde debutaban las más famosas compañías de teatro, zarzuela y ópera, principalmente españolas. Después, seguían al interior.

El Amira de la Rosa fue inaugurado el 25 de junio de 1982 y entregado en comodato a 99 años al Banco de la República. Hoy la historia es otra y no la vamos a mezclar con esta biografía.

EL HIMNO DE BARRANQUILLA

” En 1928, la Sociedad de Mejoras Públicas, por iniciativa de su presidente y fundador, Ezequiel Rosado, abrió un concurso para elegir el himno de la entidad.

Se recibieron seis partituras, una de ellas del músico panameño Simón Urbina, trompeta de la Banda de la Policía Departamental, que obtuvo el primer puesto.

La música la interpretaba la banda de guerra del Cuerpo de Bomberos de Ciudad de Panamá.

Integraron el jurado: el compositor italiano Alfredo Squarcetta, director de las masas corales del Centro Artístico; el profesor Manuel Ezequiel de la Hoz, director de la Academia de Música del Atlántico y el maestro Emirto de Lima.

En abril de 1942, la Sociedad de Mejoras Públicas abrió un nuevo concurso para elegir la letra del himno, resultado ganadora la poetisa Amira de la Rosa.

En dicha ocasión, el jurado estuvo integrado por: Fernando Baena, Luis Ricardo Fuenmayor, Gonzalo Miramón, Rafael Salcedo Villarreal y Miguel Goenaga.

El 7 de abril del 42 el himno fue ejecutado por primera vez con letra, por la  Filarmónica de Barranquilla dirigida por el maestro Pietro Biava.

En medio de la protesta ciudadana por el traslado de Avianca a Bogotá, el himno de la Sociedad de Mejoras Públicas fue propuesto por su Junta Directiva al Concejo Municipal como himno de Barranquilla, en cabildo abierto el 19 de octubre de 1942 y aprobado por unanimidad.

La versión definitiva del himno de Barranquilla se debe al maestro italiano Pietro Biava, quien adaptó la música a la letra compuesta por estrofas de diez sílabas”. [Narración tomada de Símbolos de Barranquilla – La cuestión barranquillera].

La estancia principal de la sede de la Sociedad de Públicas (Cra. 54 #53-37), al lado del Teatro Amira De la Rosa, antiguo parque Once de noviembre, se conoce como el salón Ezequiel A. Rosado.

RECONOCIMIENTO DE LA REVISTA BARRANQUILLA GRÁFICA

En la edición de diciembre de 1962 y a sus 84 años, don Ezequiel, quien iba todos los días a su oficina, concedió una entrevista a la revista Barranquilla Gráfica de Raúl De la Espriella B. (Aporte en Facebook del ciudadano Edgar Raúl Oviedo Oliveros).

El artículo titulado: “Hombres de empresa, don Ezequiel A. Rosado, un culto permanente al civismo”, viene con una foto suya con el siguiente pie de grabado:

El reportero que no se identifica, introduce la nota expresando: “Visitamos en su almacén al señor Ezequiel A. Rosado quien ha librado una muy intensa labor en favor de la ciudad. Durante muchos años ha adelantado tesoneras campañas todas ellas inspiradas en el deseo de contribuir al mayor progreso de Barranquilla.  Debe sentirse satisfecho porque hoy puede apreciar que la semilla sembrada por él cayó en buena tierra y está dando los frutos apetecidos. Es una recompensa espiritual que mucho debe halagarle”.

El dirigente se anticipó al cuestionario y en su estilo caballeroso, digno de su señorío, manifestó:

“Antes de responder a su gentil entrevista deseo expresar a don Raúl De la Espriella B., gerente de la Revista BARRANQUILLA y  a todos sus colaboradores, mi aplauso y admiración por esta importante publicación, no superada antes por otra alguna en esta ciudad. Su admirable intención, su contenido, su espléndida presentación, la hacen digna de todo encomio y de estímulo por parte de todos los ciudadanos”.

EN EL CONCEJO

Seguidamente le preguntan por los cargos electivos ejercidos durante su vida:

“Durante el bienio 1925-26 tuve la fortuna de ser miembro del H. Concejo Municipal acompañado de muchos distinguidos conciudadanos. Y decimos fortuna, pues fue el Concejo, que al decir de un crítico, había dividido en dos la historia de la ciudad, “Antes y Después”: tal fue la trascendental labor cumplida por esta entidad durante su vigencia. En efecto, fue este Cabildo el que logró conectar la ciudad con inversionistas de Chicago y de Nueva York, con la consecución de un empréstito por cuatro millones de dólares en muy favorables condiciones, que permitió dotar a la ciudad de un moderno acueducto, de su red de alcantarillado, su adecuada pavimentación y la organización de otros servicios públicos. Pero no fue esto todo. Fue este Cabildo el que marcó las normas de una sólida organización económica del Municipio, creando las actuales Empresas Públicas Municipales, organismo que no sólo ha prestado incalculables beneficios a la ciudad sino que ha servido de plan piloto para otras importantes ciudades del país”.

SOCIEDAD DE MEJORAS

Luego, BARRANQUILLA GRAFICA le pregunta qué otra gestión adelantó en favor de la ciudad:

“Después de actuar en la entidad municipal a la que me referí anteriormente, me di cuenta de la necesidad de fundar corporaciones cívicas, que pudieran servir de respaldo a toda iniciativa plausible de las autoridades y promover ejecuciones provechosas para los asociados, lo que pudiéramos llamar un “telón de fondo” que hiciera resaltar toda obra provechosa en cualquier actividad cívica y cultural.

Fue entonces cuando en compañía de excelentes ciudadanos, fue organizada la Sociedad de Mejoras Públicas cuyos benéficos resultados pueden apreciarse. En sus 35 años de existencia tiene en su haber lo siguiente: Arborización, Parques, un Zoológico, la Zona Franca Industrial y Comercial, Medalla Cívica y al Mérito, y, como remate de tan bellas concepciones, la consagración de su bellísimo Himno a la ciudad que habrá de perdurar como símbolo de amor ciudadano, por toda una eternidad.

EL CLUB ROTARIO

Ya en marcha la Sociedad de Mejoras Públicas -prosigue don Ezequiel- junto con un grupo de destacados caballeros de Barranquilla, se fundó el Club Rotario, cuyos permanentes e invaluables servicios a la ciudad son inocultables. Hay que ver lo que el rotarismo ha hecho en favor de la niñez, con la celebración todos los años, de su Semana del niño”. (Hasta aquí la entrevista de BARRANQUILLA GRAFICA).

MEDALLAS EL 7 DE ABRIL

Desde 1943 y por 77 años consecutivos, el 7 de abril Día de Barranquilla. la S.M.P. ha otorgado la Medalla al Civismo y Honor al Mérito a ilustres ciudadanos, en reconocimiento a los servicios desinteresados e invaluables en beneficio de la comunidad.

Y con Mención Especial se concede la Medalla ‘Ezequiel A. Rosado’, recordando a su fundador.

Como dato histórico, la Sociedad de Mejoras Públicas de Magangué fue creada en 1944 por iniciativa de Ezequiel Rosado, Enrique Bernal y Nicolás Saade, entre otros.

TODO UN BUEN CIUDADANO

El poeta Adolfo Martá escribió el siguiente artículo en un diario local desatacando la vida y obra de Don Ezequiel.

“Don Ezequiel Rosado es uno de esos grandes barranquilleros que no han nacido en Barranquilla, pero a los que ningún nativo podría abrogarse el derecho de negarle el honroso gentilicio.

Desde hace muchos años elevó anclas de su tierra natal bolivarense y las tiró aquí, de manera definitiva.

Su don de gente; su aura de simpatía a flor de piel; la verticalidad dignísima de su vida; la pujante ‘dinamia’ creadora que lo alienta y su austeridad, modestia y sencillez, calaron hondo en todas las capas sociales de Barranquilla, tanto así, que presidió a nuestra benemérita Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla durante un muy dilatado lapso, el que fue fecundo en beneficios materiales, sociales, morales y artísticos para esta ciudad.

Es él uno de los hijos adoptivos de Barranquilla que de manera relievada y gratuita le han servido siempre, en un decente clima de espontaneidad y discreción.

La Medalla del Civismo que se le otorgó. califica con serenísima justicia la alta calidad social de este admirable ciudadano que ha repartido, que reparte aún, las preciosas y fecundantes energías de su vida, entre la conformación estilizada de dignidad y de nobleza de los suyos, de su hogar y las actividades que requieren el arraigo de todos los progresos en la tierra donde hoy actúa, en que beligeran sus innatas disposiciones de integral  hombre cívico.

Y ocurre algo muy original y elocuente en la personalidad de don Ezequiel Rosado. Y es que sin ser político, sin ir hasta las barriadas ni llegarse hasta los Sindicatos en trance de ambiciones electorales; sin cuantiosos dineros para ser alegremente pródigo. Y sin tener a su inmediata disposición un latifundio burocrático que repartir, don Ezequiel Rosado es uno de los hombres populares de Barranquilla.

Toda la población lo conoce En ningún sector urbano se le ignora. En todas las clases sociales tiene ambiente de simpatía y de respeto. En su peculiarísimo caso actúa limpiamente  la intuición del pueblo que siempre acata y rodea a quien lo sirve sin interés de honores o de partijas materiales.

Temperamentalmente apolítico, sería incapaz de avivar una campaña en su favor. Y en verdad que es inconcebible presentárnoslo en una tribuna de barrio vociferando demagogias narcotizantes, pirotécnicas y traviesas.

Pero, cuánto bien haría a Barranquilla, al Atlántico, a la Patria en sí, la presencia de este caballero en una corporación colegiada.

Yo, y conmigo muchos, muchísimos, no veríamos en él, al conservador o liberal, sino al ciudadano sin odios, sin prejuicios ni intereses egoístas.

Al ciudadano únicamente alentado y orientado por la fuerza creadora activa en el espléndido ejercicio del bien servir al medio en que se vive, a la sociedad en que se actúa.

Buena, ejemplar vida la de un hombre del cual se puede pensar y decir así, sin temor de equivocarnos”.

HISTORIA DEL PARQUE

En 1935, cuando Parrish & Cía y el I.C.T. comenzaron a urbanizar las 21 hectáreas del barrio Alto Prado, el terreno que hoy ocupa el parque Rosado era un manantial de aguas subterráneas que atravesaban el sector y en esa época no se sabía el manejo que debía dársele a ese cuerpo de agua, ni cómo determinar el tamaño.

Descendientes de generaciones posteriores saben por testimonios orales de sus antepasados, que el lote con el “manantial” era de don Ezequiel Rosado, quien lo donó al Municipio.

Cuando se funda el Country Club el 27 de diciembre de  1926, sus canchas de golf se extenderían hasta la calle 82, la última vía de la ciudad.

El desarrollo urbanístico del barrio Alto Prado llegó a la calle 80 en 1959, siendo alcalde de Barranquilla José Palacio Plaza.

El terreno que se aprovecharía después para hacer el parque hacía parte de esas tierras y ya estaba arborizado.

El “ojo de agua”, como generalmente se le llama a estas corrientes, hizo poco atractivo para construir casas ese pedazo de tierra y, de hecho, quedó por fuera de los nuevos proyectos habitacionales. Es más, ni siquiera se prolongó la calle 80.

El sector se llenó de elegantes residencias y el lote no se tocó hasta 1959, cuando empezó a adecuarse como parque, y en honor al donante y a su trayectoria cívica se le bautizó Ezequiel A. Rosado

El manantial se drenó y las aguas fueron canalizadas hacia el arroyo del Country. El parque, poco frecuentado por los vecinos, se mantuvo así por casi 60 años hasta que lo remodeló la administración de Alejandro Char en diciembre de 2017. Hoy es un parque  para pasear mascotas.

Tiene 6.522 metros cuadrados, zonas verdes, arborización, iluminación de bajo consumo, atracciones para los caninos, personal especializado en el entrenamiento de mascotas y canecas para fomentar la cultura ciudadana.

SU VOLUNTAD PÓSTUMA. “LO QUE DESEO QUE SE HAGA”

Por escrito y en máquina de escribir, en vida, trece años antes de su partida, dispuso:

“Los libros para mis hijos Cheque y Pedro. Mis ensayos, menciones honoríficas y medallas para Tulio.

Los vestidos para Hernando y Enrique, y el archivo de estampillas para aquel de mis nietos  que se aficione a esa instructiva y provechosa ocupación.

RECOMENDACIONES

Cooperar en cuanto sea posible a la Sociedad de Mejoras Públicas y a la Corporación Cívica de Barranquilla, a quienes debo tantas distinciones.

Cuidar de la buena conservación del Parque que lleva mi nombre en esta ciudad.

Deseo que la casita de Mompós se destine a una escuela primaria que deberá llevar el nombre de mi madre espiritual, Doña María De Jesús Madariaga, donándola para este fin al municipio de Monpós, si fuere posible.

Atender el pequeño gasto que ocasiona la sagrada tumba de mi madre en Monpós, donde reposan sus restos.

INVOCACIÓN

En nombre de la santa mujer que les dio la vida y en el mío propio les ruego por su propio bienestar, que se mantengan unidos en los afectos y en sus intereses, bajo la absoluta convicción de que con ellos podrán defenderse mejor y gozar del secreto de la felicidad que es el mejor entre sí.

Para conseguirlo basta ser generoso y justos, amando para ser amados, perdonando para ser perdonados.

Y que Dios los bendiga, como lo hago yo de todo corazón cerrar estas líneas, escritas con el más puro de los afectos y con mis agradecimientos por todo cuanto hicieron mis buenos hijos por su papá”.

Barranquilla, marzo de 1961

DON EZEQUIEL: Por: Jorge Arrázola Madrid

“Los grandes solitarios de la historia se cuentan con los dedos. Sus excepcionales personalidades emergen de la común; sobresalen, muchas veces sin proponérselos.

Otras, sin saberlo ellos mismos y las más, conociendo su papel, dándole a este la función natural de quien nació para cumplir con sus deberes para con su Dios y para con sus semejantes.

Por ello, cuando tanto joven de hoy, apenas pasando los cuarenta, pide reemplazo en sus funciones, o es inexorablemente sustituido, nuestros sentidos se encuentran complacidos, con ese formidable valor que fue don Ezequiel Rosado.

El fue, entre nosotros, un solitario, todo un hombre. Cuando se quiera buscar un ejemplo de bondad, de pulcritud, de lo que es un buen ciudadano, a figuras como la suya debemos dirigir la atención.

Nadie más que él le aceptó el reto a la vida tal como él lo hizo; luchador insigne que ya cumplidos los noventa, con el optimismo de sus épocas juveniles, no daba paz a su brazo ni reposo a su espíritu en su afán de cumplir con todos sus compromisos comerciales, sociales y cívicos.

Parecía un iluminado del cual brotaran energías inagotables. De allí que la muerte misma  hubiera que esperar largo para llevárselo en su barca.

Qué escalas no hubiera logrado don Ezequiel si otras oportunidades se le hubiesen presentado en su adolescencia.

Si la universidad hubiera estado más a su alcance. si su inteligencia poco común, hubiera encontrado campo de acción, más propicio para sus inquietudes filosóficas y jurídicas.

En él había madera para la cátedra, para las altas dignidades del estado, !qué gran magistrado hubiera sido! Recordémoslo, no más, en las muchas ocasiones en que dejaba por unas horas el mostrador de su establecimiento comercial, para atender alguna reunión donde a tratarse fuera algo en defensa de Barranquilla o de la Costa Atlántica.

Ella allí donde se desenvolvía con una propiedad subyugante y en donde sus dotes de expositor, impresionaban, convencían.

Barranquilla toda se ha inclinado respetuosa y reverente ante el cadáver de quien la hizo objeto de un amor entrañable, de un hombre sin tacha que supo morir con la cabeza en alto, de alguien que en el transcurso de todo su vivir, nunca le negó un servicio. Y por cierto, que todos fueron sinceros, desinteresados”.

LA NOTA DE ALFREDO DE LA ESPRIELLA ZABARAIN

“La Sociedad de Mejoras Públicas fundada por él, en la cual actuó como su primer Presidente, y en varios períodos después con extraordinaria competencia y formalidad: el Club Rotario, la Corporación Cívica, La Zona Franca.

En fin, cuántos cauces han sido próvidos posesión a la procera Puerta de Oro de Colombia, dan cuenta precisa y consciente de lo que fue hijo de temperamental ardentía, que solo la muerte podía atajar, pero no limitar en el jubiloso consenso de la inmortalidad.

Su tumba, lugar perentorio de reposo, guardará las cenizas y los despejos mortales de aquel que vibró en la intensa emotividad de la tierra sagrada sembrando para cosechar surcos de estrellas.

La ciudad, enlutada hoy por la desaparición de uno de sus más ilustres personeros rendirá tributo perenne a su majestad y señorío. Porque no será vana la honesta intención de todos sus anhelos y sacrificios. Barranquilla se estremecerá siempre al ímpetu de su eurítmica pasión.

Fábricas y talleres, el conglomerado social, tendrán perennemente algo que ver con la silueta suya, que en una ancianidad respetable y fragante, todavía estremecía la tierra que pisaba con el firme propósito de su sobrio discurrir.

Hombres como Ezequiel A. Rosado no mueren; simplemente, dejan el pasado de su vida a la tradición, al juicio de las generaciones que sabrán aprovechar en el devenir de sus gráciles días, los proverbios de este varón de apóstol de las místicas Escrituras interpretaba con su ejemplo cotidiano, fecundaba con su tierna sentencia de amor, con sus virtudes soberbias que parecían inventadas por él para derroche de su oficio y sus costumbres”.

RECONOCIMIENTO PÓSTUMO DE LA S.M.P.

El 20 de septiembre de 1973, la Sociedad de Mejoras Públicas declaró por medio de su junta directiva, tres días de duelo por el fallecimiento del patricio Ezequiel Rosado ocurrido el jueves en Barranquilla.

En una resolución dada a conocer, ordenó también izar a media asta el pabellón de la ciudad como señal de condolencia. El texto de la resolución:

Barranquilla, septiembre 20 de 1973

RESOLUCIÓN:

La Sociedad de Mejoras Publicas

CONSIDERANDO:

Que en el día de hoy falleció en la ciudad el distinguido caballero Don Ezequiel A. Rosado;

Que Don Ezequiel A. Rosado fue miembro fundador en 1927 de la Sociedad de Mejoras Públicas y su primer presidente;

Que a lo largo de veinticinco años continuos Don Ezequiel A. Rosado estuvo al frente de los destinos de la Sociedad,  destacándose en la junta directiva como uno de los más activos y eficaces personeros, proyectando con sus ideas y dinámicos ejemplos labor amplia y fecunda en beneficio de la ciudad.

Que gracias a su permanente celo y nobleza en reconocimiento a su constante obra de superación y entrega, la Sociedad de Mejoras Públicas le otorgó el máximo galardón: “La Medalla del Civismo” en testimonio de reconocimiento y gratitud por su beneficiosa tarea y conducta,

RESUELVE.

Declarar tres días de duelo por la muerte de Don Ezequiel A. Rosado, y para el efecto la Junta Directiva en pleno levanta la sesión extraordinaria y ordena colocar el pabellón de Barranquilla a media asta.

En nota de estilo la Junta Directiva en pleno entregará a sus deudos la presente nota de testimonio, y asistirá a las exequias que se verificarán en el Cementerio Universal en el Panteón de la familia Rosado.

(FDO) Afredo De la Espriella,  Armando Blanco Dugand, Diego Núñez Blanco y Nestor Carlos Consuegra.

LA ADECO LAMENTO SU FALLECIMIENTO

Escrito por Jaime Rueda Domínguez

[Fuentes: Carlos A. Sourdis Pinedo, Álvaro Ruíz Hernández, Revista Diners; Adolfo González Henríquez; Editorial Pontificia Universidad Javeriana; (Chapman Quevedo, William Alfredo y Ángela Lucía Agudelo González. “ La Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla y el Código de Policía de 1931: Órganos y cuerpos reguladores de la salubridad e higiene de la ciudad durante la primera mitad del siglo XX”. Memoria y sociedad 16, no. 33 (2012): 225-241; Música y Sociedad en Colombia: traslaciones y legitimaciones e identificaciones: Mauricio Pardo Rojas].