Desde 1943, el parque Washington

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Monumento a Washington en Barranquilla.

POR: JAIME RUEDA DOMINGUEZ

La primera piedra del monumento a Washington en el parque del mismo nombre  (barrio Alto Prado, avenida Colombia con calle 15), la colocó el vicepresidente de los Estados Unidos, Henry A. Wallace, el sábado 23 de abril de 1943, quien vino a Barranquilla en plena Segunda Guerra Mundial para perpetuar los lazos de amistad entre Colombia y EE.UU.

De izquierda a derecha, Carlos Martínez Aparicio y Marco T. ;Mendoza Amaris,, en representación del Comité Pro-Monumento a George Washington, entregan la placa conmemorativa al vicepresidente de los Estados Unidos, Henry A. Wallace. (Álbum de las Bodas de Plata de la Compañía Urbanizadora del Prado, Archivo Karl Parrish, Universidad del Norte).

La Compañía Urbanizadora del Prado a través de Parrish & Cía SA, fue el principal contribuyente para la construcción de la obra aportando $1.000 el 22 de abril de 1943.

La estatua fue develada el 23 de febrero de 1946. El barrio Alto Prado comenzó a construirse en 1936.

 

La escultura estaba a un costado del parque tapizado en césped, que sus vecinos respetaban, utilizando los senderos peatonales de cemento.

La foto más antigua que se conoce, aunque está en blanco y negro,  fue editada en el libro “Barrio El Prado, un viaje hacia el pasado”, de Diana Meyer, donde la grama se ve perfectamente cuidada.

UNA CASA HISTORICA

En la siguiente foto publicada en el grupo de Facebook “Conservación del Patrimonio Arquitectónico de Barranquilla”, Carlos Arturo Risco, explica que esta fue la  “residencia de Domingo Marino (hoy edificio Presidente) y la estatua de George Washington en el parque lleva su nombre, inaugurado en 1945, en el barrio Alto Prado”.

Manuel Guillermo Romero recordó que “muchas de las casas de ese sector tenían arcos y balcones”.

Mi compañero del Colegio San José, Alvaro Urueta Ariza, escribió:  “Como arquitecto que soy, no alcanzo a entender el cambio tan brutal  de la Barranquilla antigua a la nueva. Vista desde la parte urbana a la individual, creando o construyendo edificios que borraran por completo el concepto urbano trazado”.

Otro, opinó que el Washington  “es un parque muy seguro, especialmente para tomar el aire puro de la bella ciudad de Barranquilla en horas de la tarde o bien temprano hacer deporte”

La escultura de Barranquilla es una réplica de la estatua  hecha por Jean Antoine Houdon, en Estados Unidos en 1791.

El escultor,  nació en Versailles en 1741 y murió en París en 1828. Fue una figura cumbre del neoclasicismo francés, y realizó varios bustos y estatuas de Washington, entre ellas, la del Capitolio”, continua relatando el libro “Los Monumentos hablan en Barranquilla”.

En una crónica escrita en el El Heraldo por Antonio Celia Cozzarelli, padre de Antonio Celia Martínez-Aparicio, expresidente de Promigas (el primero, fallecido el 03 de Junio de 2018), evoca que “en el parque había un montículo con una pequeña escalinata y un mirador, que por las noches era el rendez-vous de los enamorados”.

 

(Esta foto de 1947, originalmente fue publicada en Gigapan por Rodrigo Blanco).

“Tonino”, como cariñosamente le decían, narra lo ocurrido en su casa en 1955, en inmediaciones del parque Washington:

“Sorpresa grande nos llevamos cuando al entrar a la cocina encontramos una culebra mapaná raboseco enroscada, en actitud amenazante en la pata de la mesa.

Era el mes de octubre de 1955. Estábamos recién casados y estrenábamos nuestra primera casa cerca al parque Washington.

La zona estaba escasamente poblada: solo había residencias en la carrera 53 y unas cuantas alrededor del parque.

Recordamos la de Marco Marino, que luego fue de la familia García-Támara, y donde más tarde construyeron el edificio Presidente. Además, la de José Víctor Dugand.

Antes que se tupiera de edificios el paisaje urbanístico de Barranquilla, desde la parte alta del mirador del parque Washington se apreciaba una hermosa vista de la ciudad con el río.

Durante el día se podían divisar los barcos entrando al puerto o saliendo hacia Bocas de Ceniza y en las mañana muy despejadas se veía nítida la Sierra Nevada.

Rodrigo Consuegra Insignares, desde su sitio de Facebook recuerda que “la lomita o mirador del parque Washington, en sus inicios fue un sitio de atracción a barranquilleros de todas las esquinas de la ciudad.

Mucha gente llegaba en carro y en buses. Recuerdo bien que solo subían hasta la calle 79 y de allí caminaban hasta el parque.

Cuando pequeño, mi familia se mudó a la calle 75 y subíamos a pie. Para los más chicos la atracción era subir la lomita y dejarse caer dando tumbos.

Para los mayores, ver el río, y con suerte, ver un barco de la Grace Line, que eran los grandes con pasajeros.

Sin era de noche, el espectáculo era ver en la distancia el letrero en la azotea del edificio OK Gómez Plata (calle 40 con carrera 41).

Y si la noche estaba despejada, ver la luz giratoria del aeropuerto de Soledad que servía para guiar a los aviones en su aterrizaje en la oscuridad.

Los otros visitantes que no faltaban al caer la tarde eran multrillones de mosquitos, ya que en Alto Prado hacia el mar todavía no había muchas construcciones, por lo cual los insectos y alimañas como ciempiés y escorpiones eran reyes en su territorio”.

El parque fue remodelado por el ex alcalde, Alejandro Char y entregado por Jaime Pumarejo el 12 de marzo de 2020.

Ahora tiene 3.655 metros cuadrados, bancas en granito, incluyendo 2 especiales para personas en condición de discapacidad, cubos, 870 metros cuadrados de zonas verdes y paisajismo con sistema de riego por hidrante, 30 luminarias tipo led y 4 proyectores.

Además, zona de juegos para niños de 0-12 años, con piso de caucho reciclado, grama sintética y cerramiento de un metro de altura con malla electrosoldada. Para los mayores se instalaron 8 máquinas en el gimnasio biosaludable.

En su más reciente remodelación, la segunda en su historia, porque en la primera quitaron el montículo y la escalinata, se mantuvo un área como plazoleta multifuncional y su diseño incluyente, a través de rampas que facilitan la movilidad en todo el escenario.

El parque Washington tiene capacidad para 320 personas y un área de influencia para 20.800 personas de los barrios Alto Prado, El Golf, San Vicente, Prado y Riomar.