Víctor Pérez, el primer guarachero de la Billo’s Caracas Boys

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Al lado del cantante Víctor Pérez y del abogado, Fernando López de Vega. Caracas, 1987.

POR: JAIME RUEDA DOMINGUEZ

Este 31 de agosto se cumplen 80 años de la fundación de la orquesta Billo’s Caracas Boys, la “big band” de la música tropical en América Latina

A lo mejor, los rigurosamente históricos se preguntarán ¿acaso el periodo 1937-1940 no cuenta? bueno, sí cuenta para el ciclo de vida del maestro Billo, cuando llegó de Santo Domingo aquel 31 de diciembre de 1937 con su Billo´s Happy Boys, hasta su liquidación. Pero la orquesta Billo’s Caracas con Boys como tal, nace oficialmente el 31 de agosto de 1940.

Para tan magna ocasión, hemos desempolvado de nuestro tonel de entrevistas añejas, una inédita que le hicimos en Caracas el 9 de julio de 1987 a uno de los grades guaracheros que tuvo en su roster el maestro Billo Frómeta.

Nos referimos a Víctor Pérez,  gestor de éxitos como “Guarachando, El adios, Si tu me dejas, Amar y sufrir, Despacio se va lejos, Ron con Coca Cola, Los gustos de Víctor Pérez, Se va el caimán, Caprichosa y  Los cadetes, entre tantos.

Solo  Cheo García (La negrita de Cheo),  Carlos Orjuela, Juan Vicente Torrealba (Mensaje a Juan Vicente) , Isidoro Cabrera (Epa Isidoro) y Víctor Pérez (Los gustos de Víctor Pérez), fueron los pocos varones a los que el maestro les escribió canciones. Aunque Billo menciona a muchos de sus amigos en varias composiciones.

EL VIAJE DEL 87

En 1987 fuimos invitados a Venezuela por Renato Capriles a una gira con su orquesta Los Melódicos,

En esa oportunidad nos acompañaron, Oswaldo Sampayo, mi socio en Noticias Ya por casi  14 años, y el abogado y catedrático, Fernando López de Vega, ya fallecido.

Fernando fue quien ideó y sugirió desde Barranquilla el Recuerdo No.  33 de Los Melódicos (Tina, Brinca la cuerda, El pompo y La danza de la chiva), quizá el mosaico más exitoso de Capriles.

Nos alojamos en el Hotel La Hogareña, a pocos metros de Radio Caracas Televisión, clausurada por Hugo Chávez el 27 de mayo de 2007.

Los Melódicos tenían sus oficinas en el edificio Bárcenas a Río, cuya gerente de ventas era  Carmen Molinares Carbonell, natural de Baranoa (Atlántico).

Molly Dick, su nombre artístico, fue la voz líder de Renato por 7 años y la gerente de ventas de la organización por 14 años.

En Bárcenas a Río estaba, también, la sede de la orquesta de Porfi Jiménez y en un apartamento vivía el empresario artístico, Chucho Giraldo “el Tarzán de Puerto Colombia”.

GRAN APORTE DE RICARDO CAMPANELLA

El médico y musicólogo, Ricardo Campanella, aporta los siguientes datos a nuestra investigación:

Posterior a nuestra visita del 87, Chucho le vendió esa oficina a Francisco “Geño” Mendoza (autor de Festival vallenato que grabó Nelson Henríquez), y quien por más de 20 años estuvo al lado de Nelson Pinedo.

El hotel era utilizado por la familia de Nelson Pinedo, donde vivió con su esposa, Alba Marina, y sus dos hijos, Carlos Julio y Rosalba. Claro, el hotel ya estaba muy deteriorado.

Todavía en vida, Renato tomaba café allí con sus músicos, por ser punto de paso y de encuentro para sus giras.

Fueron los peores días de Nelson (Pinedo) en su tragedia, antes de irse a vivir a Petare. Nelson se le escondía a Renato, para que no viera su situación.

En cuanto a la guaracha “Los cadetes”, agrega Ricardo Campanella, la canción iba a grabarla en principio, Luisín Landáez, pero no quiso ceñirse a las recomendaciones de Billo, porque el maestro era “muy gallego” y Luisín quería imprimirle más ritmo.

Esa composición, prácticamente la hicieron Porfi Jiménez y “Cabrerita”, quienes manejaban aquella orquesta de transición, la Swing Caracas Boys.

REGRESANDO A BARCENAS A RIO

En la parte posterior de RCTV estaba el restaurante Rico, de un señor dominicano, donde Renato nos había autorizado a firmar.

Y al lado funcionaba la sede del Sindicato de Trabajadores de la Música de Venezuela, donde confluían diariamente los más destacados músicos y afamados cantantes activos y retirados del ámbito artístico venezolano..

En ese lugar y en ese año entrevistamos a Cheo García, Memo Morales, Oscar Santana, Rafa Galindo y a Víctor Pérez. Ese día llegaron juntos, Rafa y Víctor.

En su saludo inicial manifestó: “Para mi es un gran placer y un gran orgullo dirigirme a todo el pueblo de Colombia, aunque nunca he ido. Pero me siento parte de ella porque tengo muchos amigos colombianos en Venezuela y en Colombia”.

EL CANTANTE

Su nombre de pila, Víctor Pérez Morales, nacido en la isla de Margarita, Estado Nueva Esparta el 15 de septiembre 1918. Desde muy niño su familia se estableció en Caracas donde se quedó para siempre.

Como en toda la cuenca del Caribe, en las primeras décadas del siglo pasado se imponía la música cubana, que llegaba en forma de discos o a través de las ondas hertzianas de la radio habanera, y Venezuela no fue la excepción.

Era obligatorio aprenderse los danzones, guarachas y boleros cubanos, porque todavía desde Colombia no habían penetrado a Venezuela el porro, la cumbia, y menos, el vallenato.

Así Víctor Pérez memorizó sus primeras canciones y fue “calentando motores” para su futura carrera musical.

LA PRIMERA VERSIÓN INTERNACIONAL DE “SE VA EL CAIMÁN”

Víctor Pérez tuvo el honor de grabar en 1944 con la Billo’s Caracas Boys y para la RCA Víctor, la primera versión internacional del porro “Se va el caimán”, del compositor barranquillero José María Peñaranda.

Tres años después de la entrevista, el 15 de noviembre de 1987, en el Hotel Caracas Hilton, en el homenaje por los 50 años de Billo en Venezuela, Víctor, acompañado por la Billo’s Caracas Boys  dirigida esa noche por Charlie Frómeta, cantó “El caimán” improvisando unos versos para la ocasión.

Hasta el momento en que estuvo activo, Víctor Pérez hacía sus shows en griles de Caracas, y “El caimán” era su carta de presentación. “La gente goza un imperio con esta canción porque se saben la letra, aunque a veces le ponen picante”.

SU LLEGADA A LA BILLO´S

Víctor llegó a La Guaira a los 18 años siendo cantante profesional. Se dio a conocer actuando en nights club. Luego pasa a la orquesta de Pilo Rodríguez actuando varios carnavales en el Hotel Majestic, “el mejor de Caracas en ese momento”, asegura.

Siguió al Night Club Dancing “El Trocadero, el sitio preferido por la alta sociedad caraqueña y de allí a la Billo’s Caracas Boys en 1942.

 

Debuta en el Roof Garden, el salón de fiestas con terraza exclusiva del Hotel Madrid. “Era un bar grill de gran movimiento de viernes a  domingo, con ambiente familiar”.

 

Por esa época Billo se va gira por el interior del país, patrocinado por ‘Glostora” (un antiguo fijador para el cabello de origen argentino, que producía, además, champú y acondicionadores). ‘Glostora’ fue tan popular que se convirtió en un genérico para quienes se engominaban el pelo.

Tras la gira, Billo dejó de tocar en el Roof Garden y se lleva su banda para  “Pabellón del Hipódromo”, acreditando el sitio para el Carnaval. Simultáneamente comenzó la decadencia del emblemático grill del Hotel Madrid y su terraza icónica.

 

Víctor estuvo en la Billo’s hasta principios del 47 cuando lo reemplaza “el ciclón antillano”, Manolo Monterrey. Sigue su carrera y se une a Rafa Galindo conformando la agrupación “Rafa – Víctor”.

Más adelante pasó a la orquesta de Pedro J, Belisario, luego a la  de Aldemaro Romero. Seguidamente organiza la orquesta Sans Sucí regrabando ahora en Discomoda el viejo repertorio que lo catapultó con Billo.

 

Aquí aclara que la Sans Suci no era la Billo’s Caracas Boys. “Cuando yo hago la orquesta, Billo estaba expulsado del sindicato musical desde el 57. Billo es un gran músico, eso no hay que quitarlo. Y el sindicato finalmente lo perdonó. Es cuando vuelve con su orquesta, su música y sus interpretaciones a alegrar de nuevo al pueblo de Venezuela, de Colombia y Norteamérica”.

Víctor quiere seguir hablando del tema y cuenta que “a Billo lo expulsaron porque no estaba de acuerdo con ciertas ‘cositas’ que había en el sindicato. Ciertos procedimientos del sindicato con los que no consentía, pero que estaban dentro de las decisiones del organismo musical. A veces uno se pone de desobediente, no acepta algunas cosas, cuando conviene mejor aceptarlas y más cuando son legales. Al sindicato no le quedó otro remedio que expulsarlo en 1957”.

Agrega que ahí es cuando a Billo se le desintegra su orquesta por segunda vez. “Billo se va al exterior (Cuba) y empezó a grabar. Yo no pude grabar con él porque también me hubieran expulsado. A mi me pidió que grabara con su orquesta en La Habana, porque en Venezuela no podía. Y yo no podía ni en Venezuela no en el exterior. Además, ningún músico iba a darle la espalda al Sindicato.

Recordó que Víctor Piñero sí fue a Cuba y grabó en el 59 ‘Carnaval con Billo, donde están los temas “Chipi chipi, Por un dedo, Ahora seremos felices, Río Manzanares, A la Rigola, Rosa,  Caracas, Noche de ronda, Lamento náufrago, A media luz y Sabrosito”.

 

NUNCA LE HICIMOS MOTÍN A BORDO A BILLO

Víctor Pérez desmintió las versiones que aseguran que él y Rafa Galindo un día le hicieron “motín a bordo” a Billo y le dejaron tirada la orquesta.

“Eso no es verdad y nunca pasó. Lo que sí cierto es que cuando Billo salió de su problema reunió a sus músicos y les dijo que iba a formar de nuevo su orquesta, pero les  advirtió que no podían usar su nombre y que, además, iba a prescindir de todos, por viejos”.

LOS GUSTOS DE VÍCTOR PEREZ

Este el nombre de una de las guarachas más sonadas compuestas por el maestro Billo. La grabó Víctor, y años más tarde la incluyó para cerrar el Mosaico 21, cantando Cheo García.

“Ese tema me lo sacó Billo a mi, porque yo era muy bromista y me jugaba con todos. Es el cariño que uno le tiene a la gente y el cariño que la gente le tiene a uno. Rafa Galindo y yo vivíamos bromeando y metíamos en el juego a Freddy Coronado. Rafa usaba su bigotico refinado y Billo escribe la canción donde lo menciona y habla del perfil de Coronado y a mi me pone a comer frutas y a dejar el reguero”.

Víctor recuerda a algunos de sus antiguos compañeros de la Billo’s en los 40: “Rafa Galindo, Freddy Coronado, José Gregorio, Ángel Briceño, Acosta (el pianista) y Marino”.

Después de la Sans Sucí deja una huella enorme en la orquesta de Chucho Sanoja. Luego a  la orquesta Casino Riverside y finalmente en los 80 con “Los Solistas”,  propiedad de Renato Capriles.

CON CHUCHO SANOJA

Cuando Víctor decide liquidar la Sans Sucí, Chucho Sanoja se entera que estaba libre y se citan en el mismo sitio donde hicimos esta entrevista.

“Le expliqué que tuve muchos problemas con la orquesta y no quería saber más nada de ella. Entonces me llamó y comencé a trabajar para el Carnaval de 1964. En ese año la gran novedad fue que Chucho contrató a Tito Rodríguez para hacer una gira por Venezuela que empezó en el Hotel Ávila de Caracas”.

Víctor Pérez grabó con Sanoja el Mosaico del 63, Mosaico del 64, Mosaico Sanoja No. 2, La Gorda, Sin timbal, La rasquiña, Cachita y Cásate conmigo, entre otros.

Chucho Sanoja disolvió temporalmente su empresa, se va Víctor; Chucho reaparece con su orquesta, vuelve Víctor y graba más temas y mosaicos.

Hasta que Chucho Sanoja liquida para siempre su orquesta, cuya característica principal era el sonido único de fusionar los saxofones con la flauta.

LAS GRABACIONES DE ANTES

Antes de llegar el long play, los discos de 45 r.p.m. fueron los precursores del disco compacto. En las disqueras se grababa en pastas que se rallaban fácilmente y los surcos eran muy sensibles: los 78 revoluciones por minuto.

El cantante grababa simultáneamente con la orquesta en vivo, todos estaban juntos, cantantes y músicos. “Eso era una lotería. Teniendo en cuenta la época, algunos discos quedaban con un sonido excelente y otros muy mal. Todos mis números, excepto ‘Ron con Coca Cola’ lograron un buen sonido. Además, no podíamos equivocarnos, desafinar, ni se podía escapar un gallo, la voz bien colocada. Era difícil conseguir buenos cantantes. Venezuela era un desierto”.

Anotó que en Radio Caracas Televisión grabó con la Billo’s programas de radio y no alcanzó a grabar ningún Mosaico con “La más popular”.

Víctor Pérez falleció en Caracas el 18 de julio de 2000 a los 81 años .