Los árabes en Barranquilla, una historia fascinante

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Colombia recibió diversos grupos de inmigrantes a lo largo de su historia, y como producto de esta amalgama de culturas, experiencias y saberes, la sociedad actual colombiana presenta rasgos foráneos pero a la vez apropiados.

Una de las migraciones más numerosas, la árabe. inclusive, algunas fuentes indican que fue el grupo de inmigrantes más numeroso después de los españoles.

Desde 1880 se empieza a hablar de palestinos, sirios y libaneses en Colombia.

Eran catalogados indistintamente como “turcos”, cuando en realidad, los primeros inmigrantes árabes huían precisamente del Imperio turco otomano que desde el siglo XVI controlaba al Medio Oriente.

Los colombianos empezaron a llamarlos “turcos”, porque muchos inmigrantes al llegar al país y al reportarse ante las autoridades, manifestaban haberse embarcado en el puerto marítimo de Estambul, antigua Bizancio, capital turca. Y se quedaron “turcos”.

Luego de la Primera Guerra Mundial, seguirían llegando inmigrantes árabes al país por  razones  políticas, sociales y económicas.

Similar a casi todas las historias de migrantes, la gran mayoría de árabes que llegaron a Colombia, vinieron en busca de prosperidad económica.

Algunos, buscaban conseguir riquezas en el “continente de las oportunidades” y luego regresar a sus tierras de origen.

Otros, decidieron establecerse definitivamente debido al éxito que lograban con sus innovaciones comerciales como el crédito, las tiendas por departamento y la venta de tela por kilo.

Posteriormente, los árabes se fueron integrando en un duro y tedioso proceso a la sociedad colombiana en todos sus ámbitos, no sin estar libres de prejuicios y discriminación.

Consolidaron  importantes grupos económicos, comerciales y financieros.

También, han aportado al crecimiento y desarrollo del país a través de donaciones, avances y aportes en la medicina, la ciencia, la lingüística, política, contribuciones artísticas, arquitectónicas y culinarias, innegables en nuestra sociedad actual.

Otros factores igualmente importantes que impulsaron a esta masiva migración fueron:

La reunificación familiar, el comercio internacional de artesanías árabes que permitió a sus artesanos relaciones comerciales fructíferas y viajes al Occidente, y el deseo de huir del yugo otomano y luego occidental.

Muchos de los inmigrantes árabes que llegaron a Colombia eran cristianos ortodoxos o de católicos.

Era común que muchos tuviesen conocimiento de algún idioma europeo, en especial del francés, inglés e italiano, debido a las misiones religiosas que llegaban al Medio Oriente y a las relaciones comerciales que mantenían con Europa.

Un muy reducido número era de religión islámica y generalmente provenían del Líbano.

Los largos viajes que debían emprender estos inmigrantes para llegar a tierra americanas iniciaban en puertos como el de Jaffa, hacían escalas en Egipto, España, Francia y otros puertos europeos, y luego se dirigían al continente americano.

Muchos llegaron a Colombia convidados y apoyados por parientes o amigos que ya estaban establecidos y con prósperos negocios.

Indudablemente, la presencia árabe se siente con más fuerza en el caribe colombiano, cuando el principal puerto de arribo era Puerto Colombia, a pocos kilómetros de Barranquilla.

La gran mayoría de inmigrantes se estableció en la capital del Atlántico  y en ciudades vecinas como Cartagena, pues para la época, era compleja la movilización hacia el resto del país y la cercanía al puerto era favorable para el comercio.

Si bien este tránsito hacia el interior  fue dando con el tiempo, en Barranquilla los árabes lograron consolidar una presencia social y cultural particularmente muy notoria.

En este sentido, lo árabes han sido un grupo migratorio muy abierto a su sociedad receptora.

Intercambios y adaptaciones culinarias, así como influencias en la arquitectura y los nombres locales han sido algunos de los legados que nos han dejado estos migrantes ya “costeñizados”.

Uno de los mecanismos de difusión de su cultura e interacción con la colombiana fue el establecimiento de clubes, organizaciones y publicaciones.

Podemos resaltar la creación de los siguientes entes:

El Centro Juvenil Árabe (?), Club Alhambra (1945), Club Social Árabe (1959), Club Campestre del Caribe (1964), Unión Libanesa Cultural Mundial filial Barranquilla (1961), Casa Libanesa (1982), Centro Cultural Palestino (1988),y  Colegio Colombo-Árabe (1989).

Igualmente, el Centro Cultural Arabe del Club Campestre (1992), el Taller Palestina (1998), Unión Colombo-Árabe (2001), Fundación Cultural Colombo-Palestina (2001), Fundación Cultural Encuentro Colombo-Árabe (2004) y la Cámara de Comercio Colombo-Árabe (2005).

El Club Alhambra, fundado el 20 de abril de 1945, tenía su sede en el barrio El Prado y gozaba de una admirable arquitectura orientalista.

El club fue constituido por libaneses y palestinos, y posteriormente, se transformó en el Club Campestre del Caribe. Albergó en sus inicios a más de mil familias árabes y aún hoy sigue en pie.

Diversas publicaciones, físicas y digitales de la comunidad árabe, han propiciado un acercamiento entre ambas sociedades, preservando la cultura de este grupo de migrantes.

Era y es común también la participación de la comunidad árabe en eventos propiamente barranquilleros, como el Carnaval de Barranquilla.

El estudio de las migraciones es complejo debido a los pocos registros que existen.

Sin embargo, mediante el legado material, e intangible, como las tradiciones orales, los inmigrantes y sus descendientes, han reconstruido una parte importante de esa memoria colectiva de la ciudad.

[Fuente: Revista Memorias Uninorte. Odette Yidi David, Enrique; David, Karen y Lizcano, Marta. La migración árabe en la construcción cultural del departamento del Atlántico (1905-2005). Ediciones Uninorte. Barranquilla, 2007.

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