En Uniatlántico, expertos proponen replantear modelo de inclusión para personas con discapacidad

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El presidente de la Asociación Mundial de Educación Especial AMEE, Orlando Terré Camacho, propuso replantear el modelo de inclusión educativa para las personas en condición de discapacidad.

Considera que solamente la palabra inclusión, no abarca el significado para modificar lo que históricamente se ha hecho, sino que se hace necesario transformar una serie de patrones para alcanzar la verdadera inclusión.

El planteamiento lo hizo al culminar el IV Congreso Internacional de Neuropedagogía, convocado por la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad del Atlántico, del 25 al 27 de mayo.

El médico cubano subrayó que “educación es educación bajo cualquier tipo de términos, pero, si utilizamos modelos de inclusión educativa, podríamos garantizar la transformación de muchos patrones que tienen que ver con la educación y con la escuela de hoy, cuyo enfoque es el respeto por las diferencias y la diversidad“.

Advirtió que no se puede hablar de un niño con necesidad especial en el sector educativo, sino que tiene que darse una atención integral a la persona, en el mismo lugar en donde todos aprenden, con igual ritmo y con la misma programación.

Nada hacemos con llevarlo a la institución educativa, si esta no va a responder a las necesidades y termina entonces siendo un modelo segregacionista o excluyente“, afirmó el especialista Terré.

El galeno propuso cuatro maneras de lograr la transformación de inclusión educativa:

Primero, las formas de pensar. Segundo, quién enseña y quién aprende para la escuela de hoy. Tercero, la necesidad de una transformación del currículo como una necesidad para la inclusión. Cuarto, el nexo  entre la familia, la escuela y la comunidad.

Por su parte, José Luis Cuesta, académico de la Universidad de Burgos, España, compartió la experiencia exitosa de su universidad que hace unos años decidió iniciar un proceso inclusivo que hoy los llena de orgullo y dijo que abrir esta puerta ha sido una cuestión de actitud.

También reconoció que el proceso ha enfrentado tres tipos de barreras.

Una de tipo cognitivo, barreras de tipo sensorial y barreras sociales y comunicativas, las cuales podrían ser superadas mediante estrategias sencillas sin que comprometan recursos de las universidades.

Cuesta habló de la necesidad de replantear los actuales sistemas de formación en los programas de educación, al anotar que es una carencia mundial en la que las carreras universitarias relacionadas con educación se centran, sobretodo en la etapa escolar y habilidades escolares. No contemplan la etapa adulta aun cuando la inclusión es posible más allá de la escuela en la etapa infantil.

Los expertos internacionales que participaron en el curso Autismo, Comprensión y Estrategias de Intervención para favorecer la calidad de vida en las diferentes etapas y contextos, realizado en el marco de este evento, resaltaron el alto nivel de los estudiantes y el sentido de pertenencia de la alma mater en el abordaje del sensible tema de la inclusión.

Frente a la labor que adelanta la Universidad del Atlántico, el conferencista Jorge Montaño Lazo, médico cubano, destacó la calidad de trabajos presentados por los maestrantes: “se nota el esfuerzo de la Universidad, de la categoría de sus profesores. Cada producto tiene valor y aplicabilidad en la vida práctica”, añadió.

Por su parte, Jorge Lorenzo, de Argentina, valoró la importancia de estos encuentros y el haber conocido una Universidad que trabaja por la inclusión y la sensibilidad de sus directivos por trabajar en beneficio de personas con discapacidad.

En su cuarta edición de este congreso, el debate se centró en análisis de las problemáticas actuales relacionadas con los modelos inclusivos y las respuestas que se están dando a estas necesidades desde la academia científica y sus prácticas.

Fuente: Universidad del Atlántico